JIN en el Colegio
Droga y Rock and Roll
Históricamente, el hombre siempre ha consumido sustancias que alteran el funcionamiento normal del sistema nervioso central. El alcohol y los opiáceos fueron los primeros psicoactivos empleados con esta finalidad ya alrededor del año 5.000 a.C. Hoy en día algunas de esas sustancias, antes usadas medicinalmente, están prohibidas porque se consideran sustancias de abuso.
Existen muchas razones por las cuales las personas toman substancias que alteran su estado mental. En todos los casos, la toma de la droga provee una sensación inmediata de placer y alivio que alienta a la persona a tomarla nuevamente.
Las drogas actúan usurpando un sistema dentro del cerebro, que en la especie humana ha evolucionado para reforzar conductas favorables para la supervivencia, que generan placer y sentimiento de bien estar. Normalmente, este sistema es activado por señales naturales. Por lo tanto al tomar una droga se activaría artificialmente este sistema natural de recompensa, que involucra a varias aéreas de nuestro cerebro, una de ellas, conocida como Núcleo Accumbens es una de las aéreas mas relacionada con el desarrollo de la droga dependencia.
El comportamiento humano y las emociones son resultado de la actividad de unas moléculas en nuestro cerebro, que se llaman neurotransmisores, quienes sirven para que las neuronas, se comuniquen. Las drogas logran sus diferentes efectos, alterando el funcionamiento normal de los neurotransmisores cerebrales como son la Dopamina y la Serotonina, los cuales están estrechamente relacionados con la búsqueda de placer y la recompensa.
En mayor o menor grado, todos somos dependientes de algo, porque la dependencia está estrechamente relacionada con la búsqueda del placer. Y todos estamos predispuestos a repetir las experiencias placenteras, ya que es una estrategia de supervivencia efectiva en la evolución de nuestra especie. El problema, entonces, es la gestión de nuestro placer ya que las dependencias tienen componentes físicos y psicológicos que ayudan a mantener a las personas dependientes en una espiral autodestructiva de consumo.
