Algunas personas dicen que los hombres provienen de Marte y las mujeres de Venus. Es que de manera casi intuitiva y cotidiana, podemos identificar  fácilmente que ambos sexos entienden el mundo y responden a él de manera distinta.

   Las mujeres hablan mucho más que los hombres, son más perceptivas, pueden realizar varias tareas a la vez y son excelentes organizadoras. Comúnmente usan la empatía, es decir responden de manera adecuada en una situación infiriendo el estado mental, los sentimientos de las personas intervinientes.

   Los hombres suelen ser más agresivos, se ubican mejor en el espacio y son hábiles en puntería o encontrar figuras simples dentro de una imagen más compleja. Suelen sistematizar, descifran la mecánica de un sistema infiriendo las reglas que lo dominan.

   Más aún, la dislexia, el retardo mental y el autismo son tres veces más frecuentes en hombres que en mujeres. Mientras que la anorexia nerviosa, la depresión y los desórdenes de ansiedad se presentan con mayor frecuencia en mujeres.

   Estas cualidades son el resultado del accionar de los millones de neuronas que componen el cerebro y de las relaciones que entre ellas se establecen. Las diferencias sexuales en el carácter,  habilidades e incidencia de ciertos desórdenes mentales subyacerían a estructuras, conexiones y funcionamiento diferenciales en uno u otro sexo. Pero, ¿existen tales diferencias en el cerebro de hombres y mujeres? ¿cuál es el origen de dichas diferencias? ¿tienen un sustrato biológico o son el resultado de imposiciones culturales?

   "El cerebro sexual"  es una charla que aborda el estudio de algunas de las bases neurobiológicas de las diferencias sexuales en el comportamiento. De manera didáctica e interactiva se proponen juegos para los alumnos y los resultados obtenidos son integrados y comparados con el conocimiento desarrollado durante la charla, logrando una buen articulación entre lo vivido y lo aprendido.