COLITIS ULCEROSA IDIOPATICA

La rectocolitis ulcerosa inespecífica, como también así se la denomina, es una enfermedad que mantiene estable su incidencia. Consiste en una inflamación de la mucosa (rectocolitis), con ulceraciones confluentes de profundidad variable (ulcerosa), de etiología desconocida (inespecífica o idiopática). En la casi totalidad de los casos el recto está afectado y compromete el resto del colon en forma continua y ascendente.
Epidemiología
Predomina en la raza blanca y en la población occidental, sobre todo en Gran Bretaña, Francia, Escandinavia y Estados Unidos. Es más frecuente en la raza judía, en especial en emigrados del este europeo, lo cual sugiere una combinación de factores genéticos y ambientales.
En un estudio reciente efectuado en Francia (Gover-Rousseau C, 1994), la incidencia de colitis ulcerosa fue establecida en 3,2 por cada 100.000 habitantes.
En Oriente y el hemisferio sur, la incidencia es indudablemente menor, aunque sus cifras reales son desconocidas.
Edad y sexo. Es una enfermedad de las personas jóvenes, que tiene su mayor incidencia entre los 20 y los 40 años. En el 5 al 15 % se produce en pacientes de menos de 15 años de edad. Parece ser más frecuente entre los habitantes de áreas urbanas que rurales, no existen diferencias netas en cuanto al sexo, aunque algunos autores mencionan un muy ligero predominio en el sexo femenino

Etiopatogenia
Su etiología
y su patogenia son desconocidas. Actualmente la teoría más aceptada es la inmunológica, La frecuente asociación con artritis, eritema nudoso, pioderma gangrenoso, sería una evidencia en su favor, así como la respuesta favorable a los glucocorticoides y la ACTH.
Se acepta que un antígeno exógeno o endógeno, con una mucosa alterada, sensibilizaría al colon. antígeno microbiano
La detección de anticuerpos anticitoplasma de los neutrófilos (ANCA) asociados a la colitis ulcerativa, podrían ser un marcador de CUI y son también evidencia de respuesta inmune.
La genética aporta datos interesantes, los parientes en primer grado de consanguinidad de pacientes afectados de colitis ulcerosa idiopática tienen un riesgo aumentado en 10 veces, para la aparición de enfermedad
Diversos hallazgos importantes tienen que ver con el complejo mayor de histocompatibilidad (HLA). La enfermedad de Crohn se ha vinculado HLA-A2 y la Colitis Ulcerosa con el HLA-Bw35 y con HLA-B5 en una población japonesa.
Existe una relación inversa entre tabaco y colitis ulcerosa, incluso hay recaídas vinculadas con el cese del hábito de fumar.
Aunque los factores psicológicos no parecen tener un papel en el origen de la colitis ulcerosa las situaciones de stress emocional, podrían dar explicación de las recaidas de la enfermedad.
Frecuencia. Es difícil de determinar por las sucesivas reinternaciones que sufren los pacientes; durante una larga evolución, en distintos servicios asistenciales.

Cuadro clíníco
Generalmente es de comienzo insidioso y de curso impredecible; se manifiesta en la parte distal y asciende sin dejar zonas sanas de colon y recto.
La sintomatología consiste en:
Diarrea. Se inicia habitualmente con cambio del ritmo evacuatorio y aparecen heces pastosas o líquidas, con moco, pus y estrías de sangre.
Cólicos, tenesmo y pujos. La irritación colónica provoca cólicos a veces muy intensos y, por igual causa, tenesmo rectal y pujos, que obligan a intentar frecuentes evacuaciones.
Cuando los pujos son de gran intensidad pueden producir incontinencia anal.
Proctorragia y enterorragia. Es lo habitual en la rectocolitis ulcerosa en actividad; se manifiesta mezclada con pus, moco y heces liquidas, a veces en forma de estrías y otras veces predomina una abundante hemorragia.
Pus. Aparece al comienzo de la enfermedad y es índice de la infección de las criptas (absceso críptico).
Dolor abdominal. Llega a ser intenso y calma en ocasiones con la eliminación de materia fecal o gases. Cuando es persistente, debe descartarse un cuadro perforativo.

Forma clínicas
Según la intensidad del cuadro hay formas leves, moderadas y graves.
Según la localización: rectales, rectosigmoideas, izquierdas o totales. Pueden ser consideradas estadios en la evolución de la enfermedad, que avanza hacia la parte proximal
La «rectitis ulcerosa» sería para otros una entidad especial con tendencia a mantenerse en el recto, con poco compromiso del estado general.
Según el curso evolutivo, se distinguen las formas: aguda fulminante (5 %) desde el comienzo o durante la evolución de una forma crónica; crónica continua (30 %), con períodos de actividad de más de 6 meses sin remisiones totales (es la de peor pronóstico entre las crónicas por la tendencia a las complicaciones y por la invalidez a la que lleva rápidamente); y crónica recurrente (65 %), con crisis de actividad que pueden durar hasta 12 semanas y evoluciona hacia remisiones casi totales.

Diagnóstico
Anamnesis. Debe determinarse el comienzo de la enfermedad por el cambio del ritmo evacuatorio, las diarreas periódicas ligeras.
Los pacientes con más de 10 años de evolución, o en quienes la enfermedad se inició durante la juventud, pueden desarrollar cáncer.
Examen Físico: Se reconocerá el estado general, palidez, pérdida de peso, facies tóxica en las formas agudas y en las crónicas prolongadas, complicaciones articulares y cutáneas, etcétera.
Examen proctológico. Es de gran importancia para el diagnóstico y para el control de la evolución.
Irritación de la piel perianal, fisuras, fistulas (más frecuentes en la enfermedad de Crohn), la endoscopia mostrará las alteraciones de la mucosa: congestión, moco, ulceraciones confluentes, edema, pus y sangre, en casos avanzados, grandes pérdidas de mucosa que dejan restos hipertróficos como islotes (seudopólipos). En las formas crónicas de larga data se encontrarán edema, desaparición de haustras y pliegues, disminución de la luz y acortamiento del colon.
Rectosigmoidoscopía
Es el procedimiento diagnóstico más importante. Dado que la enfermedad comienza en el recto, la visión directa de la mucosa rectal con biopsia, es representativa de lo que ocurre en el colon proximal.
Desde el punto de vista endoscópico, se reconocen cuatro estadios:
Estadio I.- Con hemorragia tardía al frote, ligera hiperhemia mucosa, sin edema ni ulceraciones; el moco es abundante y puede aparecer un puntillado hemorrágico al friccionar la mucosa con un hisopo.
Estadio II.- Existe marcada hiperemia y edema; el moco es abundante y puede haber ulceraciones mucosas superficiales.
Estadio III.- El sangrado es espontáneo y se aprecian ulceraciones aisladas o confluentes; las válvulas de Houston aparecen engrosadas y de bordes romos.
Estadio IV.- La hemorragia es intensa, con desprendimiento de colgajos mucosos; la mucosa se presenta ulcerada y cubierta por una espesa membrana difteroide. El exudado es mucopurulento y pueden observarse seudopólipos.
En las formas avanzadas de la colitis ulcerosa las alteraciones de la mucosa son irreversibles y el calibre rectal está disminuido.
La fibrocolonoscopía es de poca utilidad durante las crisis agudas y peligrosa por la posibilidad de producir megacolon o desgarros (perforaciones); en cambio tiene gran valor en los períodos de remisión para efectuar tomas biopsia múltiples y determinar el grado de displasia (para Morson: una displasia acentuada es índice de la capacidad carcinogénica).
Radiología. Evidencia la desaparición de haustros y pliegues, con aspecto de «tubo rígido», un «espiculado fino» por penetración del bario en las criptas o por pérdida de sustancia, úlceras y penetración del bario hasta la submucosa, que da una imagen de «doble contorno». Las úlceras profundas, que devienen de los abscesos crípticos confluentes, que disecan la mucosa, son las que se denominan «en botón de camisa».
En el megacolon tóxico, la radiografia directa muestra la dilatación del colon, especialmente del trasverso, con contenido gaseoso. Más de tres asas delgadas dilatadas se asocian a pobre pronóstico y al requerimiento de una conducta quirúrgica.
Las estenosis persistentes, en formas crónicas, deben hacer sospechar el cáncer.
La tomografía computada aporta la posibilidad de diagnosticar masas inflamatorias y/o abscesos intracavitarios.

Laboratorio
Son frecuentes la anemia hipocrómica, la sideropenia, la hipoalbuminemia, el aumento de las alfa 1 alfa 2 globulinas en las crisis agudas, etcétera.
La leucocitosis, neutrofilia, eritrosedimentación acelerada, son la regla; pudiendo encontrarse con frecuencia un hepatograma alterado.
En algunos pacientes se halla gamma globulina aumentada en el proteinograma por electroforesis.
Los estudios microbiológicos deben descartar parasitosis intestinales e infecciones bacterianas especialmente por agentes tales como Escherichia coli enteropatógena, Campylobacter, Clostridium difficile, Salmonella, Shigella, etc.

Patología
Cuando la enfermedad se halla bien establecida,la serosa del colon aparece de aspecto blanquecino con gran aumento de la red subserosa vascular. Los haustros están disminuidos o incluso borrados y la pared colónica se observa engrosada por edema y muy friable. La mucosa presenta múltiples ulceraciones que confluyen y forman ulceraciones mayores, dejando entre si, islotes de mucosa polipoidea (seudopólipos o pólipos inflamatorios). Otras veces la mucosa aparece engrosada y granulosa, con pequeñas ulceraciones que sólo pueden ser identificadas por microscopía.
La microscopia revela la lesión característica, aunque no patognomónica, el absceso críptico(acúmulo de piocitos en el fondo de las criptas), con destrucción de la mucosa (úlceras) e infiltrado plasmolinfocitario.
Complicaciones
Anorrectocolónicas
. Seudopólipos, estenosis, hemorroides, prolapso rectal, abscesos y fistulas, fisura anal, megacolon tóxico, perforación, hemorragia y cáncer.
El megacolon tóxico debe ser tratado clínicamente durante 24 o 48 horas. Si no mejora el cuadro, está indicada la operación.
El cáncer de la rectocolitis ulcerosa tiene características especiales: Evoluciona largo tiempo oculto por la enfermedad de base de allí que cuando se lo detecta, aparenta tener gran malignidad y metástasis que pueden ser múltiples.
Complicaciones Extracolónicas
Osteoarticulares
(15-22 %): artritis periféricas, espondilitis, sacroileítis.
Cutaneomucosas (2,5-34 %): aftas, glositis, eritema nudoso, pioderma gangrenoso, psoriasis, dermatitis herpetiformes, úlceras bucales y vaginales.
Oculares (3,6 %): conjuntivitis, iritis, etc.
Renales (1,9-18 %): nefrolitiasis, pielonefritis, glomerulonefritis, etc.
Hepatobiliares: pericolangitis, infiltración grasa, hepatitis crónica activa, cirrosis, colangitis esclerosante.

Diagnóstico diferencial
Colitis actínica: antecedentes de irradiación, localización segmentaria.
Colitis isquémica: aparece en la edad avanzada y es de localización alta.
Colitis seudomembranosa: antecedentes de administración previa de antibióticos y observación de membranas difteroides en la mucosa.
Poliposis familiar: la histología muestra la existencia de adenomas.
Colitis de Crohn: es segmentaria trasmural y el examen histológico pone de manifiesto los granulomas caracteristicos.
Colitis infecciosas: Salmonella, shigella, giardia lamblia.
Tratamiento médico
a) Control y restablecimiento del estado general: se indicará reposo, vitaminoterapia. Alimentación parenteral en casos graves, plasma o sangre según sea necesario.
b) Control y restablecimiento de la función intestinal: se administrará un régimen pobre en residuos, hiperproteico,exento de lácteos y derivados.
c) Tratamiento de las complicaciones.
d) Tratamiento antibacteriano: actualmente se efectúa con la salicilazosulfapiridina (Azulfidina), administrada en tres tomas diarias y en dosis de 4 a 8 g, que se disminuyen en la medida que retrogradan los síntomas, hasta llegar a la dosis de mantenimiento, sostenida en ocasiones por varios meses.
e) ACTH y glucocorticoides: su uso está indicado en la crisis agudas y en las complicaciones, ya que mitigan las exacerbaciones y evitan o atenúan las complicaciones. Se utiliza ACTH endovenosa (20-40 UI cada 12 horas), ACTH cristalina (30 UI cada 8 hs) y, en forma oral, betametilprednisolona (30-40 mg por día).
En las rectitis intensas (sangre, pujo) se administran enemas a retener con hemisuccinato sódico de hidrocortisona (100 mg), hidróxido de aluminio (5 ml) y lidocaina (5 ml) en agua.
En pacientes refractarios a los corticoides puede estar indicado el uso de Metotrexato o Ciclosporina.
El tratamiento farmacológico clásico (esteroides locales y sistémicos y sulfasalazina) se ha ampliado y enriquecido en los últimos años, con la aparición de nuevos agentes
El acido 5-Aminosalicílico (5-ASA, Mesalamina o Mesalazina) es la fracción activa de la Sulfasalzina (Salazosulfopiridina), está por lo tanto desprovisto de la fracción carrier sulfapiridina que es la responsable de la mayoría de los efectos adversos atribuidos a la sulfalazina.
Se ha descripto un efecto inhibidor de 5-ASA sobre la formación de radicales libres de oxígeno citolesivos. También se ha descripto inhibición del PAF (Factor de Agregación plaquetaria) y sobre la lipoperoxidación de la mucosa colónica. Se ha demostrado también que el 5-ASA inhibe la agregación de macrófagos.
DOSIS / DIA
Varía según los autores y la vía de administración:
5-ASA
Vía oral: 1,5 a 4,8 g
Vía rectal: 1,2 a 1,5 g

Sulfasalazina
Vía oral: 2g, 4g y hasta 8g/día, repartidos en tres o cuatro tomas
El uso de antibióticos está reservado a las situaciones en que existen abscesos o cuadros sépticos generalizados a punto de partida de la hiperpermeabilidad intestinal para los gérmenes. Los esquemas utilizados son los habituales para las infecciones abdominales de origen colónico y por lo general incluyen aminopenicilinas más inhibidores de ß lactamasas, aminoglucósidos y un antianaerobio como por ejemplo metronidazol

Tratamiento quirúrgico
Indicaciones quirúrgicas
a) Urgentes: Brote agudo fulminante cuando no responde al control médico; dilatación aguda tóxica, perforación y hemorragia (por masividad o por persistencia).
b) Obligatorias: Cáncer.
c) Selectivas: Forma invalidante, por graves alteraciones del colon, estado general muy comprometido o complicaciones incontrolables.
La resección del colon y recto lleva a la curación del paciente y se logra que la mayor parte de las complicaciones extracolónicas mejoren parcial o totalmente.
Las operaciones que se practican son: coloproctectomía en un tiempo con ileostomía, colectomía total (con cierre del recto a lo Hartmann) o colectomía subtotal (fijando el rectosigmoide a la piel). En un segundo tiempo se efectúa la proctectomía complementaria.
La ileostomía se realiza según la técnica de Brookes. Una ileostomía debe estar bien ubicada, rodeada de piel sana y lejos de cicatrices o eminencias óseas.
El paciente debe ser instruido en el manejo y se debe aplicar la prótesis adecuada a cada caso. Con estas condiciones, la ileostomía es tolerada y permite al operado desarrollar una actividad aproximada a la normal.
Actualmente se propone como cirugía de elección en casos de pancolitis o colitis complicadas, una vez controlado el cuadro agudo, realizar una colectomía total, creando un reservorio, «Pouch» ileal, que puede tener forma de J o W, que se anastomosa al ano, por encima de la línea pectínea, realizando una ileostomía de descarga o protección

ENFERMEDAD DE CROHN (E. C.)
La E. C. se caracteriza por un curso indolente y se ha dicho que en promedio los pacientes demoran 3 años en consultar al médico desde el comienzo de los síntomas, y desde la consulta transcurren 9 meses más hasta establecer el diagnóstico.
Lo más característico es el dolor abdominal y la diarrea. Si bien a veces puede haber sangrado, este es menos frecuente que en la C. U.
A menudo aparece dolor en el cuadrante inferior derecho y se puede palpar una masa en esa localización los signos sistémicos como fiebre y pérdida de peso son mas frecuentes que en la C.U.
La Enfermedad de Crohn compromete el intestino delgado en forma segmentaria en el 40 % de los casos (ileitis regional), el colon proximal (casi siempre respeta el recto, aunque son frecuentes las fístulas perianales en el 30 % y el ileon y el colon conjuntamente en el 30 % restante).
El compromiso del intestino delgado puede determinar diversos cuadros malabsortivos y provocar deficiencias nutricionales que a veces dominan el cuadro clínico.
En los niños, el retardo del crecimiento y/o el retraso madurativo suelen ser las únicas o al menos las más importantes manifestaciones de la enfermedad.
El proceso inflamatorio en la enfermedad de Crohn es predominantemente por linfocitos y macrófagos y compromete a todas las capas de la pared intestinal. Las ulceraciones pueden estar presentes pero son lineales y profundas y nunca extensas y superficiales como en la C.U.
Histológicamente se destaca la formación de granulomas no caseosos (colitis granulomatosa) y el deposito de fibras colágenas, lo cual contribuye a la formación de estenosis y a la aparición de cuadros suboclusivos.
Es habitual la formación de fístulas enterocutaneas, en especial, perianales.

CARACTERISTICAS CLINICAS DIFERENCIALES ENTRE ENFERMEDAD DE CROHN Y COLITIS ULCEROSA

CARACTERISTICAS CLINICAS C. U. E. C.
Diarrea Líquida con sangre, moco y pus. Pastosa, rara vez con sangre.
Dolor abdominal Cólico con tenesmo Cólico postprandial
Masa palpable Rara Frecuente en fosa ilíaca derecha
Afectación Rectal 95% 40-50%
Curso clínico Brotes (65%), crónico continuo (30%)
fulminante (5%)
Lento y progresivo
Recurrencia post-quirúrgica No Frecuente 50%

 

  Deficiencias nutricionales
Manifestaciones extraintestinales de la E.C. Enfermedad tromboembólica
  Cólicos renales
  Uronefrosis derecha

La enfermedad de Crohn, cuando compromete segmentos significativos del intestino delgado puede determinar fenómenos malabsortivos y consecuentemente signos de déficit nutricional.
La hiperoxaluria con la consecuente formación de cálculos renales estaría dada por la absorción aumentada de oxalatos, determinada por la hiperpermeabilidad del delgado a ciertas sustancias.
La uronefrosis derecha se daría por fenómenos obstructivos determinados por masas inflamatorias en la unión íleo-cecal.

  Megacolon Tóxico
Complicaciones de la Enfermedad Fístulas
de Crohn Cáncer

El megacolon tóxico es sin duda la complicación más temida. Se acompaña de sepsis y shock y a menudo requiere la colectomía total. Puede presentarse en el curso de la colitis ulcerosa, de la enfermedad de Crohn y/o de cualquier enfermedad inflamatoria severa.
Las fistulas son propias de la E. C. Pueden darse entre el intestino y otro segmento intestinal o conectar el mismo con la vejiga, la vagina, la próstata, la piel, etc.
Cuando se producen fístulas perianales se suele comprometer el aparato esfinteriano y determinar incontinencia.

En la colitis de la enfermedad de Crohn también hay un aumento del riesgo de cáncer entre 5 y 6 veces. Cuando la E. C. compromete solo al intestino delgado, también aumenta el riesgo de adenocarcinoma de este órgano. Se ha planteado asimismo que cuando la E. I. I. se asocia con colangitis estenosante, aumentaría el riesgo de colangiocarcinoma. Con todo, esto sigue siendo raro.
El estudio radiológico contrastado puede ser útil para el intestino delgado, para establecer diagnóstico y extensión de la enfermedad de Crohn a ese nivel.
Estudios radioisotópicos con leucocitos marcados con 113In se han propuesto para ver la extensión y actividad de la enfermedad. Sin embargo, su limitada resolución y su baja especificidad no los hacen de uso habitual para la evaluación del paciente.

BIBLIOGRAFIA

Boretti JJ., Lovesio C. Cirugía Bases Fisiopatológicas para su práctica. Librería El Ateneo Editorial. Buenos Aires, Argentina 1989.

Ferraina P., Oria A. Cirugía de Michans. Quinta Edición. Reimpresión. Librería Editorial El Ateneo. Buenos Aires 1999.

Goligher J.C. Cirugía del ano recto y colon. Salvat Editores. Barcelona , 1987.

Gower – Rousseau C, Salomez JL, Dupas JL, Martí R et al. Incidence of inflammatory bowel disease in northem France. Gut. 35 (10):1443, 1994.

Schwartz S.I., Shires G.T., Spencer F.C., Husser W.C. Principios de Cirugía Quinta Edición. Interamericana. Mc Graw-Hill. México, 1990.

ALGUNOS CONOCIMIENTOS SOBRE METABOLISMO HIDROELECTROLITICO PARA EL CIRUJANO GENERAL

Agua corporal total
El agua comprende el 50% al 70% del peso corporal total. El valor real para individuos sanos es bastante estable y está en función de distintas variables, incluidas la masa de tejidos magros y edad. Las grasas tienen poca agua, de modo que los individuos esbeltos tienen una proporción de agua sobre el peso corporal total mayor que los obesos. El porcentaje de agua es más bajo en mujeres y se correlaciona con su más abundante tejido adiposo subcutáneo.
El agua del cuerpo se divide en tres compartimientos funcionales, el de las células equivale al 30-40% del peso corporal. El extracelular representa otro 20% y se divide entre el líquido intravascular, suero o plasma (5% del peso corporal) y el intersticial, extravascular o extracelular (15 %).
Líquido intracelular
Equivale al 30-40% del peso corporal total.
La composición química del líquido intracelular muestra que el potasio y el magnesio son los cationes principales y los fosfatos y las proteínas son los aniones principales.

 

 

 

 

 

Líquido extracelular
El volumen del líquido extracelular equivale al 20% del peso corporal, dividido en dos compartimientos principales, 5% del peso corresponde al volumen plasmático y el 15% restante corresponde al líquido intersticial o extravascular.
El sodio es el catión principal del líquido extracelular, el cloruro y el bicarbonato los aniones principales. Las diferencias leves en la composición iónica del plasma y del líquido intersticial se derivan principalmente de la concentración de proteínas (aniones orgánicos), más alta en el plasma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Presión Osmótica
La actividad fisiológica y química de los electrolitos depende de: 1) Número de partículas por unidad de volumen (moles [mol] o milimoles [mmol] por litro); 2) número de cargas eléctricas por unidad de volumen (equivalentes o miliequivalentes litro) y 3) número de partículas osmóticamente activas, o iones, por unidad de volumen (osmoles [Osm] o miliosmoles [mOsm] por litro). El uso de gramos o miligramos por 100 ml, expresa el peso de los electrolitos por unidad de volumen pero no permite la comparación fisiológica de los solutos en una solucion.
Un mol de una sustancia es el peso molecular de la misma en gramos y un milimol es dicha cifra expresada en miligramos. Sin embargo, estos valores no brindan información directa del número de iones osmóticamente activos en la solución ni de sus cargas eléctricas. Los electrolitos de los líquidos corporales se expresan en base a su actividad de combinación química o “equivalentes”. Un equivalente de un ion es su peso atómico en gramos dividido por las valencia, mientras que un miliequivalente (1 meq) es dicha cifra expresada en miligramos. En el caso de iones univalentes 1 meq es igual a 1 mmol. En el de iones divalentes como el calcio y el magnesio, 1 mmol es igual a 2 meq.
Cuando se considera la presión osmótica de una solución, es más descriptivo emplear los osmoles y mimliosmoles. Estos términos se refieren al numero de partículas osmóticamente activas de una solución, aunque no depende de la capacidad de combinación de las sustancias. Así 1 mmol de ClNa, que se disocia casi por completo en sodio y cloruro, aporta 2mOsm, mientras que 1mol de sulfato de sodio (Na2SO4), que se disocia en tres partículas, aporta 3 mOsm. Un mmol de sustancias no ionizadas, como la glucosa, equivale a 1 mOsm de la sustancia.
Las diferencias de composición iónica entre los líquidos intracelular y extracelular se conservan gracias a la membrana plasmática semipermeable. El número total de partículas osmóticamente activas es de 290-310 mOsm en cada compartimiento. La presión osmótica total de un líquido es la suma de las presiones parciales de cada soluto del líquido, pero la presión osmótica efectiva depende de las sustancias que no atraviesan los poros de la membrana semipermeable. Por lo tanto, las proteínas disueltas en el plasma son la causa principal de la presión osmótica efectiva entre los compartimientos plasmático e intersticial. Es frecuente que se denomine presión oncótica coloidal.

INTERCAMBIO NORMAL DE LOS LIQUIDOS Y ELECTROLITOS
Intercambio de agua
El individuo normal consume 2.000-2.500 ml de agua / día; unos 1.500 los ingiere y el resto provienen de alimentos sólidos sea como parte de estos o como un producto de su oxidación. Las pérdidas diarias de agua incluyen 250 ml en las heces 800-1.500 ml en la orina y casi 600 ml. de pérdidas insensibles.
Las pérdidas insensibles de agua ocurren a través de la piel (75%) y pulmones (25%) y aumentan con el metabolismo hiperventilación y fiebre.
Ganancias y pérdidas de sal
En individuos normales, el ingreso diario de sal varía en la escala de 50-90 meq (3-5 g) en la forma de cloruro de sodio. El equilibrio se conserva principalmente por acción de los riñones que excretan el exceso de sal. El sudor es una pérdida de líquido hipotónico con una concentración promedio de sodio de 15 meq/l.
Las pérdidas internas de líquido extracelular en un espacio no funcional como el secuestro de líquido isotónico en una quemadura, peritonitis, ascitis o traumatismos musculares, se denomina cambio de distribución. Esta transferencia o pérdida funcional interna de líquido extracelular puede ser de tipos extracelular (p. ej. peritonitis) intracelulal (V.gr. choque hemorrágico) o mixta como en las quemaduras graves. Sea cual fuere el caso, todos los cambios o pérdidas de distribución originan disminución del espacio de líquido extracelular funcional.
Cambios de volumen
Los déficit o excesos de volumen por lo general se han de diagnosticar mediante el exámen clínico del paciente.
Los valores del nitrógeno de urea sanguínea aumentan con lentitud cuando hay un déficit de liquido extracelular de duración prolongada y magnitud suficiente para reducir la filtración glomerular.

DEFICIT DE VOLUMEN
Los déficit volumétricos extracelulares, son con mucho, el trastorno hídrico más frecuente en pacientes quirúrgicos.
Las pérdidas de líquidos no consisten en agua sola, sino en esta y electrolitos en proporciones casi iguales a las que tienen en el líquido extracelular normal.
Los trastornos que más frecuentemente determinan déficit volumétricos extracelulares abarcan las pérdidas de líquido gastrointestinal por vómito, aspiración nasogástrica, diarrea y drenaje de fístulas. Otras causas habituales son el secuestro de líquido en las lesiones e infecciones de tejidos blandos, inflamaciones retroperitoneales e intrabdominales, peritonitis, oclusión intestinal y quemaduras.

Signos y síntomas del déficit volumétrico extracelular

Tipos de signos Moderado Grave
Nerviosos Centrales Somnolencia
Apatía
Respuestas lentas
Anorexia
Interrupción de actividades normales
Hiporreflexia tendinosa
Anestesia distal en las extremidades
Estupor
Coma
Intestinales Disminución progresiva del ingreso de alimentos Náuseas y vómitos
Rechazo de los alimentos
Ileo silencioso y distensión
Cardiovasculares Hipotensión ortostática
Taquicardia
Venoconstricción
Pulso débil
Lividez cutánea
Hipotensión
Ruidos cardíacos lejanos o apagados
Extremidades frías
Ausencia de pulsos periféricos
Hísticos Reblandecimiento y contracción de la lengua
Disminución de la turgencia de la piel
Atonía muscular
Ojos hundidos
Metabólicos Hipotermia leve Hipotermia intensa

Excesos volumétricos
Pueden ser iatrógenos o secundarios a insuficiencia renal, cirrosis o insuficiencia cardíaca congestiva. Aumentan tanto el volumen plasmático como el intersticial.
En jóvenes sanos, los signos corresponden a la sobrecarga circulatoria. especialmente en la circulación pulmonar.
En ancianos pueden aparecer signos de insuficiencia cardíaca congestiva, con edema pulmonar.
Cambios de concentración
El sodio es el factor principal de la osmolaridad del líquido extracelular.

Hiponatremia
La hiponatremia sintomática aguda, valores menores de 130 meq/l, se caracteriza clínicamente por signos de hipertensión intracraneal y de edema celular excesivo en los tejidos.
La hipertensión quizás sea inducida por la presión intracraneal aumentada, dado que la presión sanguínea se normaliza con la administración de solución salina hipertónica.
Es de importancia especial en pacientes con hiponatremia la aparición de insuficiencia renal oligúrica.

Hipernatremia
Las mucosas están secas y adherentes. La temperatura corporal por lo general aumenta.
Las enfermedades que causan alteraciones agudas significativas de la natremia, por lo general provocan cambios simultáneos del volumen extracelular.

SIGNOS Y SINTOMAS DE LOS CAMBIOS AGUDOS EN LA CONCENTRACION OSMOLAR

Tipos de signos Hiponatremia
(Intoxicación acuosa)
Hipernatremia
(Déficit acuoso)
  Moderada Grave Moderada Grave
Nerviosos centrales Calambres musculares
Hiperreflexia tendinosa
Hipertensión intracraneal
(Fase compensada)
Convulsiones
Arreflexia
Hipertensión intracraneal
(Fase descompensada)
Inquietud
Debilidad
Delirios
Conducta
maníaca
Cardiovasculares Cambios de la presión sanguínea y el pulso secundarios a hipertensión intracraneal Taquicardia
Hipotensión
(si es grave)
Hísticos Salivación, lagrimación y diarrea acuosa
La piel conserva la huella digital
Disminución de la salivación y lagrimación
Mucosas secas, adherentes
Edema y enrojecimiento linguales
Rubor cutáneo
Renales Oliguria que progresa a anuria Oliguria
Metabólicos Ninguno Fiebre

Anormalidades mixtas de volumen y concentración
En ocasiones se presentan personas con riñones normales y déficit volumétrico significativo en quienes hay una insuficiencia renal «funcional».
Conforme progresa el déficit volumétrico, el índice de filtración glomerular cae en forma precipitada y se pierden las funciones renales para la conservación de homeostasia de los líquidos corporales.
Esto puede ocurrir con déficit volumétricos leves en ancianos con disfunción renal subclínica en quienes el nitrógeno de la urea sanguínea suele aumentar a más de 100 mg/ 100 ml en respuesta al déficit volumétrico con aumento simultáneo de la creatininemia.
Estos cambios suelen ser reversibles con la corrección pronta del déficit volumétrico extracelular.

CAMBIOS DE COMPOSICION

Equilibrio ácido-básico
El pH (o sea el logaritmo negativo de la concentración de hidrogeniones) de los líquidos corporales se conserva normalmente dentro de una estrecha escala a pesar de la gran carga de ácidos que se generan como producto secundario del metabolismo.
Diversos sistemas amortiguadores neutralizan de manera eficaz a los ácidos que después se excretan por pulmones y riñones.
Entre los amortiguadores importantes se incluyen los fosfatos y proteínas que tienen funciones primordiales en la conservación del pH intracelular así como el sistema de bicarbonato – ácido carbónico, que funciona principalmenlte en el medio extracelular.
La hemoglobina influye de manera primordial como amortiguador intracelular en los eritrocitos.
Un sistema amortiguador consiste en un ácido o base débiles y sus sales. El efecto amortiguador resulta de la formación de una cantidad de ácido o base débil equivalente a la de ácido o base fuertes que se agregan al sistema. El cambio resultante del pH es considerablemente menor que si la sustancia se añadiera al agua sola. De esta manera ácidos inorgánicos (p.ej., clorhídrico sulfúrico o fosfórico) y orgánicos (v.gr. láctico pirúvico, ácidos cetónicos) se combinan con la base bicarbonato y se produce la sal sódica del ácido así como ácido carbónico.

HCl + NaHCO3 NaHCl + H2CO3

El ácido carbónico formado se excreta después por los pulmones como CO2. Los aniones de ácidos inorgánicos se excretan por vía renal con hidrógeno o como sales de amoníaco. Los de ácidos orgánicos por lo general se metabolizan cuando se corrige el trastorno causal, aunque es factible su excreción renal cuando sus concentraciones son altas.

Acidosis respiratoria
Se relaciona con retención de CO2 secundaria a disminución de la ventilación alveolar, son sus causas más frecuentes: depresión del centro respiratorio, neumopatías y se compensa por retención renal de bicarbonatos, excreción de sales de ácidos y aumento de la formación de amoníaco.

Alcalosis respiratoria
Sus causas son:
Hiperventilación por aprensión o dolor, compensación de una hipoxia, lesiones del sistema nervioso central y ventilación mecánica. Cualquiera de estos factores puede causar disminuciones rápidas de la PCO2 arterial y aumentos también rápidos del pH sérico.
Aunque la concentración sérica de bicarbonato es normal en la fase aguda, cae con la compensación si persiste el trastorno.
Puede surgir alcalosis respiratoria cuando se intenta aumentar la PO2 en hipóxicos. El tratamiento apropiado de pacientes con ventilación mecánica requiere medir con frecuencia los gases sanguíneos (oxicapnógrafo) y ajustar el ventilador. No se ha de permitir que la PCO2 arterial caiga por debajo de 30 mmHg, sobre todo en presencia de hipocaliemia previa o digitalización pues se pueden producir arritmias y fibrilación ventricular.
El tratamienlto es ante todo preventivo, con uso apropiado de la ventilación mecánica y corrección del déficit de K+ preexistente.

Acidosis metabólica
Se deriva de la retención o ganancia de ácidos fijos (en cetoacidosis diabética, acidosis láctica o azoemia) o perdida de bases bicarbonato (diarrea, fístulas del intestino delgado o insuficiencia renal con incapacidad para la reabsorción de bicarbonato). El exceso de H+ hace que disminuyan el pH y la concentración de bicarbonato sérico.
La compensación inicial es pulmonar, con aumento de la frecuencia y profundidad respiratorias y depresión de la PCO2 arterial.
Las lesiones renales pueden obstaculizar la importante función de regulación del equilibrio acidobásico. Estos órganos tienen funciones vitales en este aspecto gracias a la excreción de los productos de deshecho nitrogenados y metabolitos ácidos, así como la reabsorción de bicarbonato.
Si los riñones están sanos, la acidosis metabólica es factible cuando se ve rebasada la capacidad de los mismos para excretar una gran carga de Cl. Esto es particularmente frecuente en sujetos con pérdidas excesivas de líquidos gastrointestinales alcalinos (secreciones biliares, pancreáticas y del intestino delgado) y reciben soluciones parenterales durante periodos prolongados. La reposición continua de estas pérdidas con soluciones que tienen una proporción inadecuada de Cl/bicarbonato, solución salina isotónica, no corrige el cambio del pH, está indicado el uso de una solución salina equilibrada, como la de Ringer con lactato.
Una de las causas más frecuentes de acidosis metabólica grave en pacientes quirúrgicos es la insuficiencia circulatoria con acumulación de ácido láctico. Esto es reflejo de la hipoxia de los tejidos por riego sanguíneo deficiente.
El choque hemorrágico agudo suele provocar caída rápida y considerable del pH. Después de la restauración del riego sanguíneo hístico adecuado mediante reposición volumétrica apropiada, el ácido láctico se metaboliza con rapidez y el pH se normaliza.
El uso de la solución de Ringer con lactato para reponer el déficit volumétrico extracelular derivado de choque hemorrágico, asociando la administración de la solución con transfusiones, no acentúa la acidosis láctica. En vez de ello, disminuye la lactacidemia y el pH se normaliza, ambas cosas con rapidez, lo que no ocurrre cuando se emplea sangre sola.
La administración indiscriminada de NaHCO3 durante la reanimación en pacientes en choque hipovolémico no se aconseja, pues la alcalosis metabólica leve es frecuente después de la reanimación.

Alcalosis metabólica
Surge como la pérdida de ácidos o la ganancia de bicarbonato y se agrava con la depleción preexistente de K+. Tanto el pH como la concentración plasmática de bicarbonato son altas. La compensación de la afección es principalmente renal, dado que la compensación respiratoria es mínima.
La mayoría de los pacientes con alcalosis metabólica tiene cierto grado de hipocaliemia, debida en parte a la entrada de K+ en las células conforme sale H+ hacia el suero. Los riesgos de la alcalosis metabólica son los ya analizados para la alcalosis respiratoria.
Un problema frecuente en el posoperatorio es la alcalosis metabólica con hipocloremia e hipocaliema, que resulta del vómito persistente o la aspiración gástrica en pacientes con obstrucción pilórica. A diferencia del vómito con el píloro permeable, que incluye una pérdida combinada de secreciones gástricas, pancreáticas, biliares e intestinales, aquella entidad clínica resulta en la pérdida de líquido con contenidos altos de Cle H+ con relación al Na+. En el comienzo, la excreción urinaria de bicarbonato aumenta para compensar la alcalosis. Esto resulta de la reabsorción de H+ en los túbulos renales, con la excreción acompañante de K+. Al progresar el déficit volumétrico, hay reabsorción de Na+ mediada por aldosterona, con excreción de K+. La hipocaliema consecuente origina excreción de H+ en lugar de K+ por este mecanismo, lo que produce aciduria paradójica. El resultado es alcalosis con hipocaliemia que se perpetúan. El tratamiento correcto incluye la reposición del déficit volumétrico extracelular con solución salina hipotónica, además de la administración de K+ . La reposición volumétrica y la diuresis adecuada son necesarias antes de administrar el K+.

ANORMALIDADES DEL POTASIO
El ingreso normal de potasio en la dieta es de 50/100 meq/día y la mayor parte de este ingreso se excreta por orina. Casi el 98% del potasio corporal se encuentra en el compartimiento intracelular, con una concentración cercana a los 150 meq/l, lo que hace que sea el principal catión del agua intracelular.
Cantidades significativas de K+ intracelular pasan al medio extracelular, como respuesta a las lesiones graves, el stress quirúrgico, acidosis y estados catabólicos. El aumento significativo de la caliemia puede surgir en tales estados si hay insuficiencia renal, aunque la hipercaliemia riesgosa (mayor que 6 meq/l) es rara si la función renal es normal.

Hipercaliemia
Los síntomas gastrointestinales incluyen náusea, vómito, cólico intestinal intermitente y diarrea.
Los cardiovasculares son evidentes en el ECG, con ondas T altas y puntiagudas, ensanchamiento del complejo QRS y depresión del segmento ST. La desaparición de las ondas T, el bloqueo cardíaco y el paro cardíaco diastólico suelen ocurrir con los valores crecientes de polasio.
Tratamiento:
Supresión de la administración, supresión de la causa, adlministración IV de 1g de gluconato de calcio al 10%, con vigilancia electrocardiográfica.
También se puede administrar HCO3 y glucosa con insulina. (45 meq de NaHCO3 en 1000 ml de dextrosa al 10% en agua con 20 unidades de insulina corriente).
El tratamiento definitivo de la hipercaliemia requiere administración entérica de resinas de intercambios de cationes o diálisis.
Hipocaliemia
El problerna más frecuente en pacientes quirúrgicos es la hipocaliemia, que puede surgir por:
1) Excreción renal excesiva de potasio
2) Paso del elemento a las células
3) Administración prolongada de soluciones parenterales sin potasio, con continuación de las pérdidas renales obligatorias del elemento (de 20 meq/día o más)
4) Hiperalimentación parenteral total con reposición deficiente de K+.
5) Pérdida en las secreciones gastrointestinales
El aumento de la excreción renal de K+ ocurre con la alcalosis respiratoria y metabólica, este elemento compite con los hidrogeniones por la excreción en los túbulos renales a cambio de Na+. De tal manera en la alcalosis el aumento de la excreción de K+ en lugar de Na+, permite la consevación de H+.
La hipocaliemia misma suele producir alcalosis metabólica, dado que el aumento de la excreción de H+ ocurre cuando baja la concentración de K+ en las células de los túbulos renales.
La excreción de K+ por los túbulos renales aumenta cuando hay grandes cantidades de Na+ para excreción, de aquí que las necesidades de K+ aumentan con la reposición volumétrica isotónica masiva o de duración prolongada.
La concentración promedio de potasio en los fluidos gastrointestinales es relativamente baja, aunque surge hipocaliemia significativa si se administran soluciones sin K+ con fines de reposición.
En pacientes que reciben nutrición IV se requieren grandes cantidades de complemento de K+ para restaurar las reservas intracelulares disminuidas y satisfacer las necesidades de síntesis en los tejidos durante la fase anabólica. Los signos de la hipocaliemia son: contractilidad deficiente de los músculos estriados, liso y cardíaco.
Debilidad que suele progresar a la parálisis fláccida, hiporreflexia o arreflexia tendinosa e ileo paralítico.
Es característica la sensibilidad a la digital, con arritmias cardíacas y signos ECG de bajo voltaje, aplanamiento de las ondas T y depresión del segmento ST.
Los signos de hipocaliemia suelen quedar opacados por los del déficit volumétrico extracelular grave. La reposición de este último tiende a agravar la situación, ya que disminuye más la caliemia por la hemodilución.
El tratamiento de la hipocaliemia consiste principalmente en su prevención y en la reposición de líquidos adecuada.
No se deben agregar más de 40 meq/l de solución IV.
La velocidad de administración no debe ser mayor de 40 meq/h.
Debe haber monitoreo ECG.
En ausencia de indicaciones específicas, el K+ no se administra en pacientes oligúricos ni durante las primeras 24 hs después de traumatismos o stress quirúrgicos importantes.

ANORMALIDADES DEL CALCIO
La mayor parte de los 1000-1200 gr. de calcio corporal en adultos se localiza en los huesos como fosfato y carbonato.
El ingreso diario normal de calcio es de 1-3 gr.
Una gran proporción se excreta por vía digestiva y 200 mg o menos diarios, en la orina.
La calcemia normal es de 8,5-10,5 mg/100 ml, y casi la mitad no está ionizada, sino unida a las proteínas plasmáticas. Una fracción no ionizada adicional (del 5% ) se combina con otras sustancias en el plasma y líquido intersticial, mientras que el 45% restante es la porción ionizada, de la que depende la función neuromuscular. Por lo tanto la medición de la proteinemia es indispensable para el análisis correcto de la calcemia. La razón de calcio ionizado sobre el no ionizado también se relaciona con el pH, la acidosis hace que aumente la fracción ionizada, mientras la alcalosis la disminuye.

HIPOCALCEMIA
Los síntomas de la hipocalcemia pueden surgir con valores que no llegan a 8 mg/100 ml y abarcan: Entumecimiento y hormigueo circunbucal y de las puntas de dedos de manos y pies.
Los signos que son de origen neuromuscular abarcan; hiperreflexia tendinosa signo de Chvostek, calambres musculares y cólicos abdominales, tetania con espasmo carpopedal, convulsiones, prolongación del intervalo QT en el electrocardiograma.
Las causas más frecuentes son:
La pancreatitis aguda
Infecciones masivas de tejidos blandos (fascitis necrosante)
Insuficiencias renales crónica y aguda
Fístulas pancreáticas y del intestino delgado
Hipoparatiroidismo
Los iones del calcio también suelen disminuir con las depleciones graves de magnesio.
El tratamiento
Corrección de la causa y reposición simultánea del déficit.
Los síntomas agudos se suelen aliviar con la administración IV de gluconato o cloruro de calcio.
El lactato de calcio se administra por vía oral con o sin complementos de vitamina D, a pacientes en que se precisa reposición prolongada.
La mayoría de los pacientes que reciben transfusiones no requieren complemento de calcio.
La unión del calcio ionizado con citrato por lo general se compensa gracias a la movilización de calcio de las reservas corporales.
Sin embargo, en pacientes que reciben 500 ml de sangre en 5-10 minutos, se recomienda la administración de una dosis apropiada de 0,2 g de CaCl (2 ml de solución de cloruro de calcio) al 10% administrada por vía IV con un catéter separado por cada 500 ml de sangre transfundida.

HIPERCALCEMIA
Los síntomas de la hipercalcemia son más bien vagos, de origen gastrointestinal, renal, musculosquelético y del SNC.
Las manifestaciones tempranas de la hipercalcemia incluyen fatigabilidad, laxitud, debilidad de grado variable, anorexia, náusea, vómitos y disminución ponderal.
Con valores más altos, se presenta sonambulismo, estupor y por último coma.
Otros síntomas son: cefalea intensa, dolores de espalda y extremidades, sed, polidipsia y poliuria.
Las dos causas principales de hipercalcemia son el hiperparatiroidismo y los cánceres con metástasis en huesos.
Terapéutica
La corrección rápida del déficit volumétrico extracelular acompañante reduce con prontitud la calcemia por dilución y por aumento de la depuración renal, esto último es susceptible de intensificación con la furosemida. Otras medidas que arrojan beneficios transitorios son la administración de calcitonina, mitramicina, esteroides o hemodiálisis.
El tratamiento definitivo de las crisis hipercalcémicas en pacientes con hiperparatiroidismo es la operación.

En sujetos con metástasis, para el tratamiento de la hipercalcemia se prescribe una dieta baja en calcio y se toman las medidas para garantizar la hidratación adecuada.

ANORMALIDADES DEL MAGNESIO
El contenido corporal total de magnesio en adultos es de casi 2.000 meq, de los que casi la mitad está en los huesos y se libera con lentitud.
Su porción principal es intracelular.
La magnesemia está en la escala de 1,5-2,5 meq/L.
El ingreso dietético normal de magnesio es de cerca de 20 meq (240 mg) diarios.
Se excreta principalmente en las heces, y el resto en la orina. Los riñones tienen capacidad considerable para conservar el magnesio; cuando no se ingiere este.

DEFICIT DE MAGNESIO
Ocurre con el ayuno, síndromes de malabsorción, pérdidas crónicas de líquidos gastrointestinales y fluidoterapia IV prolongada con soluciones sin magnesio, así como durante la nutrición parenteral total cuando se agregan cantidades insuficientes del elemento a las soluciones. Otras causas son: la pancreatitis aguda, tratamiento de la cetoacidosis diabética, hiperaldosteronismo primario, alcoholismo crónico, administración de anfotericina B y curso clínico prolongado de las lesiones térmicas.
La depleción del ion magnesio se caracteriza por hiperactividad neuromuscular y del sistema nervioso central. Los signos y síntomas son muy similares a los de la hipocalcemia.
El tratamiento de la hipomagnesemia es la administración parenteral de soluciones de sulfato o cloruro de magnesio. Si hay normofunción renal se pueden prescribir hasta 2 meq/Kg./día por vía IV.
Se administran 10 a 20 meq. diarios de solución de sulfato de magnesio al 50% por vía IV, la inyección IM del magnesio es dolorosa.
El Mg++ no se debe prescribir en pacientes oligúricos o con déficit volumétricos graves.
Exceso de magnesio
El aumento en la magnesemia ocurre cuando el índice de filtración glomerular cae por debajo de 30 ml/hora.
Los signos abarcan letargia y debilidad, con disminución progresiva de los reflejos tendinosos, problemas de conducción cardíaca y cambios en el ECG (ampliación del intervalo PR, ensanchamiento del complejo QRS y elevación de la onda T) se asemejan a los observados en la hipercaliemia. Somnolencia y parálisis muscular ocurre en etapas tardías pudiendo llegar al coma y a la muerte.
El tratamiento consiste en reducir la magnesemia mediante corrección de la acidosis coexistente.
TRATAMIENTO HIDROELECTROLITICO
Corrección de cambios de volumen

Los déficit volumétricos en pacientes quirúrgicos se suelen derivar de la pérdida de líquidos que pasan al medio externo o de la redistribución interna del líquido extracelular en un compartimiento no funcional.
La redistribución interna, el concepto del «tercer espacio» se considera en relación a pacientes con ascitis, quemaduras, lesiones por aplastamiento, lesiones inflamatorias de los órganos intrabdominales (peritoneo, pared intestinal, secreción de líquidos a la luz intestinal, otros tejidos), infecciones masivas de tejidos subcutáneos (fascitis necrosante).
El adjetivo «no funcional» se emplea porque el líquido ya no participa en las funciones normales del compartimiento extracelular.
El déficit se calcula de manera aproximada con base en la gravedad de los signos clínicos, el leve equivale a pérdida de casi 4% del peso corporal; el moderado de 6-8 y el grave, a 10%.
La reposición hídrica
Se emplean como normas generales la reversión de los signos del déficit volumétrico, combinada con la estabilización de la presión sanguínea y pulso, además de diuresis de 30-50 ml/h.
La administración excesiva de glucosa (más de 50 g/ 2-3 hs) tiende a provocar diuresis osmótica.
Velocidad de administración de las soluciones
Varía según gravedad y tipo de trastorno hídrico, presencia de pérdidas continuas y estado cardíaco.
Los déficit volumétricos más graves se reponen sin riesgos en la fase inicial con soluciones isotónicas a velocidades de hasta 2.000 ml/h, que se disminuyen conforme mejora el estado de hidratación.
Los trastornos cardiovasculares acompañantes requieren vigilancia cardiovascular constante. Se suelen precisar mediciones de las presiones de llenado centrales y del gasto cardíaco.

Corrección de los cambios de concentración
La solución salina al 5% o la molar de lactato de sodio se emplean para la corrección inmediata de la hiponatremia grave.
El déficit de sodio puede calcularse multiplicando la disminución de la natremia por debajo de lo normal (en meq/l) por los litros de agua corporal total.
Debe haber una evaluación clínica y química antes de continuar la administración de soluciones salinas.
La corrección ulterior se facilita con la restauración de la función renal. gracias a la corrección del déficit de volumen.
En pacientes cuya reserva cardíaca está limitada se recomienda administrar dosis pequeñas de solución salina hipertónica, con evaluación de respuesta clínica y natremia.
El tratamiento de la hiponatremia acompañada de exceso de volumen consiste en la restricción del ingreso de agua. En pacientes con reserva cardíaca limitada puede estar indicada la diálisis.
La corrección de la hipernatremia sintomática grave, con déficit volumétrico acompañante, suele consistir en la administración lenta de solución de dextrosa al 5% en agua.

Consideraciones diversas
La corrección del déficit de potasio debe comenzar después de lograr diuresis adecuada, en especial si hay alcalosis metabólica.
Se debe en lo posible corregir las anemias en el preoperatorio.
El hematocrito aumenta casi un 3% después de la administración de una unidad de paquete globular a adultos de peso normal.
Fluidoterapia transoperatoria
Cuando la reposición preoperatoria del líquido extracelular ha sido incompleta, la hipotensión puede surgir con prontitud al inducir la anestesia. Este problema se previene al satisfacer las necesidades de base y reponer las pérdidas hidroelectrolíticas anormales, por tratamiento IV en el preoperatorio.
La sangre perdida durante la operación se ha de reponer.
Es usual que no sea necesario reponer pérdidas menores de 500 ml.
Además de las pérdidas de sangre transoperatorias, hay otras de líquido extracelular durante la cirugía mayor. Algunas de estas, incluido el edema por disección extensa, acumulación del líquido en la luz y pared del intestino delgado, y acumulación del líquido en la cavidad peritoneal, son clínicamente identificables y están bien reconocidas. Se consideran cambios de distribución, ya que disminuyen el volumen funcional del líquido extracelular.
La corrección transoperatoria del déficit de volumen con solución salina disminuye de modo considerable la oliguria postoperatoria y se considera un complemento o coadyuvante fisiológico de la reposición de las pérdidas por secuestro.

Pautas clínicamente útiles
1) La sangre se repone conforme se pierda, sin importar el tratamiento hidroelectrolítico adicional
2) La reposición del líquido extracelular que se pierde durante la operación, comienza en el transoperatorio
3) Aunque el volumen de solución salina necesario durante la operación es de 0,5 a 1 L/h, no debe ser mayor de 2 a 3 L, durante la cirugía abdominal mayor con duración aproximada de 4 hs, a menos que haya otras pérdidas mensurables.
Fluidoterapia postoperatoria
Postoperatorio inmediato
Las órdenes de soluciones postoperatorias se escriben cuando el paciente está en la sala de recuperación y se ha valorado su estado hídrico, lo que comprende la valoración del estado hídrico en el preoperatorio, el volumen de pérdidas y ganancias de líquidos durante la operación y el examen clínico del paciente, con valoración de los signos vitales y diuresis.
Las órdenes iniciales se redactan de manera que se corrija todo déficit existente, seguido esto de fluidoterapia de sostén durante el resto del día.
Es frecuente que se calculen también las necesidades de las 24 hs siguientes.
En el posoperatorio inmediato, la depleción del líquido extracelular puede resultar de pérdidas continuas en el sitio de lesión o de traumatismo quirúrgico.
Los déficit no identificados del líquido extracelular en el postoperatorio inmediato se manifiestan ante todo con inestabilidad circulatoria.
La hipotensión y taquicardia requieren investigación pronta, seguida de tratamiento apropiado. Los valores generalmente aceptados de 90/60 para la presión sanguínea y pulso menor de 120 en el postoperatorio no suelen bastar para prevenir la isquemia renal, a menos que la diuresis sea adecuada y no haya signos de choque. Se suele recomendar la valoración del nivel de conciencia, diámetro y reactividad pupilar, permeabilidad de las vías respiratorias, características de las respiraciones, temperatura y color de la piel, temperatura corporal y diuresis de 30-50 ml/h, así como la valoración crítica de la operación y de la fluidoterapia transoperatoria. En pacientes con inestabilidad circulatoria, el problema a menudo cede, por medio de la reposición volumétrica con 1000 ml adicionales de solución salina normal, mientras se determina si hay pérdidas que se continúan u otras causas. Es innecesario y probablemente desaconsejable administrar potasio durante las primeras 24 hs del postoperatorio, a menos que haya déficit corroborado.

POSTOPERATORIO MEDIATO
La reposición de volumen durante la fase de convalescencia postoperatoria debe contemplar la medición y reposición precisas de todas las pérdidas. Esto incluye la reposición de las pérdidas sensibles medidas, por lo general de origen gastrointestinal, así como la estimación y reposición de pérdidas insensibles.
Las pérdidas insensibles suelen ser relativamente constantes y promedian 600 ml/día. Esto suele aumentar con el hipermetabolismo, hiperventilación y fiebre, hasta un máximo de casi 1.500 ml/día. Las pérdidas insensibles estimadas se reponen con dextrosa al 5% en agua.
Casi 1 L de líquidos se ha de administrar a fin de reponer el volumen de orina, tal reposición puede consistir en dextrosa al 5% en agua, dado que los riñones conservan el sodio, es posible administrar un pequeño volumen de solución salina adicional.
En ancianos con riñones que tienden a perder sal y pacientes con lesiones craneoencefálicas, puede surgir hiponatremia insidiosa. La medición de la natriuria facilita la reposición adecuada.
Las pérdidas gastrointestinales se reponen con solución salina isotónica
El volumen del sudor no suele ocasionar problemas, salvo en pacientes febriles, cuyas pérdidas pueden ser mayores de 250 ml por grado de fiebre.
La reposición parenteral prolongada requiere la valoración frecuente del ionograma sérico.
La cantidad de potasio repuesto es de 40 meq/día para compensar su excreción renal, además de 20 meq/l para reponer las pérdidas gastrointestinales.
La reposición deficiente suele prolongar el ileo paralítico usual en el postoperatorio y contribuir a la aparición insidiosa de alcalosis metabólica.

Consideraciones especiales en el postoperatorio
Excesos de volumen
. La administración de solución salina en exceso, puede dar por resultado la sobreexpansión del fluido extracelular. Por lo tanto es importante determinar con la mayor precisión posible, a partir de los datos de ingreso, egreso y natremia, las necesidades reales.
El primer signo es de aumento ponderal durante el período catabólico, en que el paciente pierde 250-500 g/día. La pesadez de ojos, la ronquera o disnea con los movimientos, así como el edema periférico.
Los signos circulatorios y pulmonares de la sobrecarga pueden surgir en forma tardía y corresponder a sobrecarga masiva.

HIPONATREMIA
Es infrecuente si en la fluidoterapia transoperatoria se incluyen volúmenes adecuados de solción salina isotónica.
La hiponatremia puede surgir con facilidad cuando se administra agua para reponer perdidas de líquidos que contienen sodio o si el ingreso de agua en forma invariable es mayor que sus pérdidas. Esto último puede ocurrir con la oliguria.
Es dificil que surja hiponatremia grave si hay normofunción renal.
Cada 100 mg/100 ml de aumento de la glucemia por arriba de lo normal origina caída de la natremia de 1,6-3 meq/litro.
Liberación de agua endógena. Los pacientes que reciben soluciones IV sin ingreso calórico adecuado presentan, entre el quinto y décimo día, ganancias significativas de agua (máximo de 500 ml/ día) por catabolismo celular excesivo, con lo que disminuye la cantidad de agua exógena que requieren cada día.
Paso de agua al medio intracelular. La sepsis bacteriana generalizada con frecuencia se acompaña de caídas repentinas de la natremia.
HIPERNATREMlA.
La hipernatremia, a diferencia de la hiponatremia, surge incluso con normofunción renal. La hiperosmolaridad del líquido extracelular resulta en el paso de agua del medio intracelular al extracelular, situación en que la hipernatremia suele indicar déficit significativos del agua corporal total.
Clasificación
Pérdidas extrarrenales excesivas de agua.
Las pérdidas por evaporación del sudor pueden llegar a varios litros diarios con el aumento del metabolismo por cualquier causa: fiebre, traqueostomía en entornos secos, pueden perder hasta 1 – 1,5 L/día.
El incremento de tal evaporación en las superficies del tejido de granulación es con frecuencia de magnitud significativa en pacientes con lesiones térmicas, con perdidas que llegan a 3,5 L/día.
Aumento de las perdidas renales de agua. Las lesiones hipóxicas de los túbulos distales y colectores o la pérdida de la estimulación secretora de la ADH por lesiones del SNC pueden originar la excreción de grandes volúmenes de orina con pocos solutos. En ambos casos, disminuye la reabsorción facultativa de agua.

Cargas de solutos. El ingreso alto de proteínas suele producir el aumento de la carga osmótica de urea, lo que hace inevitable la excreción de grandes volúmenes de agua. Después surgen hipernatremia, azoemia y déficit del volumen extracelular.

INSUFICIENCIA RENAL DE ALTO GASTO. La insuficiencia renal aguda subsecuente a traumatismos accidentales o quirúrgicos es una complicación con mortalidad considerable. Su diagnóstico se basa en la oliguria persistente y los datos químicos de uremia.
El curso clínico se caracteriza por oliguria que dura varios días a varias semanas, seguida de caída progresiva de la diuresis diaria hasta que se restauran las funciones excretora y concentradora de los riñones.

La uremia, que surge sin un período de oliguria y se acompaña de diuresis mayor de 1000-1500 ml/día, es una entidad más frecuente pero poco reconocida. Los datos clínicos y de estudios de laboratorio hacen suponer que la insuficiencia renal de alto gasto es la respuesta de los riñones a episodios de lesiones menos graves.

Tratamiento
La solución salina se suele administrar con lactato para controlar la acidosis metabólica leve que sobreviene.
El riesgo principal en la insuficiencia renal de alto gasto consiste en no diagnosticarla a causa de la poliuria. La administración incorrecta de potasio IV en tal cuadro puede originar hipercaliemia.
El curso habitual de la insuficiencia renal de alto gasto comienza con un período de oliguria. La diuresis es normal o excesiva, con frecuencia de 3-5 l/día, mientras que también aumentan los valores de nitrógeno de la urea sanguínea, que se continúa durante 8-12 días antes de descender.

Archivo basado en la 5ª edición de “Principios de Cirugía General” de Schwartz, Shires y Spencer

Dr. Anatole Bender

NUTRICION EN PACIENTES QUIRURGICOS

Muchos pacientes sometidos a operaciones planeadas soportan el breve período de catabolismo y ayuno sin dificultades.
La conservación de un régimen nutricional adecuado suele tener importancia crítica en pacientes quirúrgicos gravemente enfermos, con disminución ponderal y disminución de las reservas de energías preexistentes.
Es sabido que tanto las infecciones agudas como las crónicas pueden producir una depleción de las reservas corporales de nutrientes y causar deficiencia nutricional, con el posible aumento de la susceptibilidad a las infecciones secundarias o sobreañadidas.
Es sabido también que la mal nutrición grave proteíno-calórico dificulta los mecanismos de defensa inespecíficos.
Los carbohidratos, proteínas y grasas son las tres fuentes de energía de los humanos. Las reservas de carbohidratos, que consisten ante todo en el glucógeno hepático y muscular, son relativamente escasas y satisfarían las necesidades calóricas basales de menos de un día, las proteínas son una fuente mucho más abundante de energía, pero, toda pérdida de proteínas representa la pérdida de una función esencial.
Las proteínas al igual que el glucógeno, son una fuente ineficaz de energía.
Las grasas a diferencia de glucógeno y proteínas, se almacenan en un estado relativamente anhidro, de modo que son una fuente rica de energía con un aporte de 9 Kcal./g.

Ayuno:
Durante los primeros días de ayuno completo, las grasas y proteínas corporales satisfacen las necesidades calóricas; gran parte de las pequeñas reservas de glucógeno no se ven afectadas.
La administración de al menos 100 gs. de glucosa evita la mayor parte de la gluconeogénesis y reduce la pérdida de nitrógeno al menos en la mitad. El aumento leve de la insulinemia reduce la liberación de aminoácidos en los músculos, su extracción por el hígado y la gluconeogénesis.
En caso de que el ayuno completo persista varios días, el cerebro comienza a utilizar las grasas como fuente de energía. El uso de ácidos cetónicos, de origen hepático y que cruzan con facilidad la barrera hemato-encefálica, sustituye poco a poco al consumo cerebral de glucosa.

Operaciones, traumatismo y sepsis:
Los lesionados tienen aumentos variables pero obligados en el gasto de energía y la excreción de nitrógeno. Este aumento del catabolismo proteínico tarde o temprano origina insuficiencia grave de órganos.
SECUENCIA DE LOS FENOMENOS METABOLICOS Y ENDOCRINOS (Moore).
Fase catabólica:
También denominada fase adrenérgica corticoide, dado que corresponde al período en que son más importantes los cambios producidos por las hormonas adrenérgicas y los corticoides suprarrenales. En el período postoperatorio o post-traumático inmediato aumentan de manera súbita las necesidades metabólicas y la excreción urinaria de nitrógeno; los traumatismos al parecer originan la movilización obligada de proteínas para la gluconeogénesis, en la fase post-traumática inmediata y la reparación de las heridas.
El recambio de glucosa aumenta al igual que la actividad del ciclo de Cori en el que se forman compuestos intermedios de 3 carbonos, como lactato y piruvato que se convierten de nuevo en glucosa en el hígado.
También se estimula la lipólisis y es evidente la oxidación obligada de ácidos grasos en presencia de glucocorticoides, glucagon y catecolaminas, así como concentraciones bajas de insulina, o sea el estado hormonal que prevalece durante la fase catabólica de las lesiones.

Fase Anabólica Inmediata:
El cuerpo pasa de la fase catabólica a la anabólica, según la gravedad de la lesión; puede ocurrir en 8 días en operaciones electivas sin complicaciones o al cabo de semanas en pacientes con lesiones tisulares graves, sepsis o lesiones térmicas no cubiertas con injertos. Este punto de viraje, también llamada fase de retirada corticoidea, se caracteriza por disminución notable de la excreción de nitrógeno.
Por lo general esta transición no dura más de uno o dos días y coincide con la diuresis del agua libre retenida, el interés del paciente en la ingestión de alimentos y el entorno inmediato y una mayor actividad muscular.
La fase anabólica inmediata puede durar desde unas cuantas semanas hasta varios meses, en ella aumentan en forma rápida y progresiva el peso y la fuerza muscular, el balance nitrogenado llega a un máximo.

Fase anabólica mediata:
El período final de convalecencia puede durar desde varias semanas hasta varios meses después de una lesión grave. Esta fase se acompaña de restauración gradual de las reservas adiposas conforme el balance nitrogenado positivo desciende a lo normal.

Valoración y necesidades:
Un objetivo fundamental del sostén nutricional es satisfacer las necesidades de energía para el metabolismo.
Las necesidades de energía en reposo (NER) se calculan en base a las ecuaciones Harris y Benedict:

NER(varones) = 66,47 + 13,75(P) + 5,0(T) – 6,76(A) kcal/día
NER(mujeres) = 65,51 + 9,56(P) + 1,85(T) – 4,68(A) kcal/día

donde:  
  P = peso (kg)
  T = talla (cm)
  A = edad (años)

Los enfermos que reciben dietas elementales o hiperalimentación parenteral requieren complemento de vitaminas y minerales en dosis completas, vitamina K, vitamina B12 , ácido fólico.
Los complementos de oligoelementos minerales esenciales se administran por vía EV en preparados comerciales. También se suele requerir ácidos grasos esenciales, ante todo en pacientes con depleción de las reservas adiposas.
La evaluación nutricional proporciona una caracterización objetiva del estado nutricional. Existen cuatro grupos de parámetros útiles en la evaluación del estado nutritivo, son: el antropométrico, el clínico, el dietético y los datos de laboratorio.

Parámetros antropométricos
Peso corporal
Peso ideal Peso/Talla

Porcentraje en relación al peso corporal ideal = Peso real x 100
  Peso ideal corporal  

Porcentaje en diferencia de peso
Circunferencia en el brazo
Pliegue cutáneo en el tríceps

Parámetros de laboratorio
Capacidad total de fijación de hierro (TIBC) g/dl
Transferrina sérica
Albúmina sérica Leucocitos/mm3
Linfocitos totales
Creatinina en orina de 24 hs ideal para talla de 1,70 m 1,467mg/24hs
Nitrógeno en orina en 24 hs

Balance nitrogenado = Ingestión de proteínas – Nitrógeno ureico urinario
  6,25  

Pruebas cutáneas
Valoran la función inmunitaria
PPD
Candidina
Dinitroclorobenceno

Necesidades calóricas y nutrientes
La dieta del paciente se hace de manera que suministre las calorías adecuadas y los nutrientes esenciales.
Los requerimientos medios para un hombre de 1,70 m de altura y 70 kg de peso variarán en condiciones normales, de 1200 a 1800 kcal/día.
Individuos sanos mantienen el equilibrio nitrogenado con una relación nitrógeno calorías totales de 1:350, los pacientes gravemente enfermos resultan beneficiados por una relación de 1:150, debido a lo comprometido de su situación proteínica.
Es necesario realizar evaluaciones a intervalos frecuentes para estar seguros del éxito del aporte nutricional.

Indicaciones y métodos de sostén nutricional
La administración de volúmenes adecuados de soluciones parenterales con composición electrolítica correcta y un mínimo de 100 g/día de glucosa, para minimizar el catabolismo de proteínas, basta en muchos pacientes.
Durante la fase anabólica inmediata al paciente debe recibir ingreso calórico adecuado y de composición correcta, para satisfacer las necesidades de energía y permitir que continúe la síntesis de proteínas. Se precisa que la razón de calorías/nitrógeno sea alta, con una razón óptima de 150 kcal/g de nitrógeno.
La capacidad del organismo para tolerar y absorber los alimentos entéricos depende de su velocidad de administración, osmolalidad y composición química. La alimentación entérica con frecuencia se inicia a la velocidad de 30 a 50 ml/hora, que aumenta en 10-25 ml/h por día hasta que se administre el volumen óptimo. Después de lograr este, se aumenta poco a poco la concentración de la solución hasta que sea la necesaria.
Si se prescribe la alimentación por sondas esofágicas o gástricas existe el riesgo de broncoaspiración. En caso de surgir cólicos abdominales o diarrea, es preciso disminuir la velocidad de la administración o la concentración de la solución. Todas las sondas de alimentación se han de irrigar de manera de arrastrar por completo los residuos de la solución.

Alimentación por sonda nasoentérica:
Las sondas nasoesofágicas o gástricas tiene riesgo en pacientes en quienes existe pérdida de la conciencia o de los reflejos laringeos protectores pues pueden surgir complicaciones pulmonares posiblemente mortales por broncoaspiración
La sonda faringea suele estar indicada en pacientes con tumores bucofaringeos.
La sonda naso yeyunal suele permitir la alimentación más allá de los orificios gástricos disfuncionales y fístulas gastrointestinales de localización alta, se llevan hasta la porción distal a la ubicación de la fístula en intestino mediante la colocación del paciente en posición tal que facilite el desplazamiento, se puede guiar la colocación por fluoroscopía o mediante endoscopía. Su posición correcta se confirma mediante radiografías, con medios de contraste hidrosolubles.

Alimentación por gastrostomía:
La administración de alimentos molidos por una sonda de gastrostomía es un método adecuado en pacientes con diversas lesiones gastrointestinales que surgen a la altura de la unión gastro-esofágica o arriba de esta, como por ejemplo en el carcinoma de esófago.
Por lo general se emplean las gastrostomías de Witzel, tunelizada; la de Stamm, recubierta por serosa o la de Glassman, revestida por mucosa.
La gastrostomía endoscópica percutanea ha demostrado ser un método seguro y eficaz para el sostén nutricional.
La mezcla alimentaria suele consistir en alimentos que se convierten en una mezcla semilíquida con una licuadora. La hiperosmolaridad de la fórmula alimentaria no origina problemas, a condición de que se conserve la integridad del píloro.

Alimentación por yeyunostomía:
La alimentación por yeyunostomía se suele requerir en pacientes comatosos, quienes tienen fístulas o obstrucciones gastrointestinales de localización alta o en quienes no se pueda colocar una sonda nasoyeyunal.
La yeyunostomía puede ser de tipo Roux en Y (permanente) o de Witzel (temporal). Esta última consiste en la introducción de un catéter de 18 Fr en el yeyuno proximal, la pared yeyunal se invierte sobre el catéter en unos 3 cm del punto en que sale del intestino con lo que se crea un túnel revestido por serosa que sella con rapidez el orificio yeyunal cuando se extrae el catéter. Un procedimiento opcional es la introducción por una incisión en cuadrante superior de una catéter de silastic o polietileno. El yeyuno se sutura a la pared abdominal anterior en el punto en que entra el catéter, para aislarlo de la cavidad peritoneal.
Existen sets de yeyunostomía por catéter con aguja.
En caso de que se mueva accidentalmente el catéter de yeyunostomía, están contraindicados los intentos ciegos de reinserción, se podría reintroducir bajo control fluoroscópico, pero existe riesgo de peritonitis.
En caso de dudas es preferible reintroducirlo mediante cirugía.
La alimentación comienza después de 12 a 18 hs de creada la yeyunostomía, aunque no sea audible el peristaltismo.
En caso de surgir diarrea se controla mediante disminución transitoria de la concentración y el volumen del alimento administrado, en ocasiones se interrumpe la alimentación por un día para después reanudarla desde el punto inicial del régimen alimentario, que debe progresar algo más lentamente. Si persisten diarrea o cólicos, una tableta pulverizada de clorhidrato de difenoxilato, o loperamida, o algún atropínico se administran por el catéter 30 minutos antes de la fórmula.
Si un paciente con yeyunostomía tiene fístula intestinal proximal o biliar que drenan más de 300 ml/día, el drenaje de la fístula se extrae por aspiración con bomba e instila en pequeños volúmenes durante el día. No es recomendable instilar el jugo gástrico aspirado ya que este puede causar inflamación yeyunal y diarrea abundante.
El déficit de los que se pierde por las fístulas en volúmenes que excedan la capacidad de reposición por yeyunostomía, se aporta con agua y electrolitos por vía endovenosa.

Dietas elementales:
Las dietas líquidas nutricionalmente completas que se expenden en el comercio, derivadas en forma purificada de alimentos naturales o sintéticos, han recibido nombres como los de dietas químicamente definidas o elementales.

ALIMENTACION PARENTERAL

Dudrick y cols han demostrado que es factible en clínica la satisfacción de las necesidades nutricionales completas durante largos períodos con fórmulas parenterales ricas en calorías. La alimentación parenteral consiste en la administración constante de una solución hiperosmolar, que contiene carbohidratos proteínas, grasas y otros nutrientes necesarios, por un catéter a permanencia que se coloca en la vena cava superior.
La razón de calorías/ nitrógeno debe ser adecuado (de al menos 100 a 150 kcal/g de nitrógeno), con administración simultánea de ambos. Cuando las fuentes de caloría y nitrógeno se administran por separado, disminuye en forma significativa el aprovechamiento del nitrógeno.

Indicaciones para la hiperalimentación intravenosa
Pacientes gravemente enfermos por:
Desnutrición
Sepsis
Traumatismos quirúrgicos
Traumatismos accidentales
En algunos pacientes, la alimentación IV se emplea para complementar la ingestión deficiente.
Los objetivos fundamentales son aportar calorías y nitrógeno suficientes para reparación de los tejidos y la conservación o el crecimiento de la masa de tejidos magros.

A continuación se enumeran situaciones en que se utiliza alimentación parenteral.

  1. Neonatos con anomalías gastrointestinales catastróficas, como fístula traqueoesofágica, gastrosquisis, onfalocele o atresia intestinal masiva.
  2. Lactantes con aumento insuficiente de peso de origen inespecífico o secundario a insuficiencia gastrointestinal por síndrome de intestino corto, malabsorción, déficit enzimáticos, ileo por meconio y diarrea idiopática.
  3. Adultos con síndrome de intestino corto por resección intestinal masiva o fístulas enteroentérica, enterocólica, enterovesical o enterocutánea.
  4. Pacientes con obstrucciones gastrointestinales sin afección vascular, por acalasia, estrecheces o neoplasias esofágicas, así como carcinoma gástrico u obstrucción pilórica.
  5. Pacientes quirúrgicos con ileo paralítico prolongado después de cirugía mayor, lesiones múltiples o traumatismos abdominales penetrantes o no, además de pacientes con íleo reflejo o complicación de diversos trastornos médicos.
  6. Pacientes con longitud intestinal normal a la vez que malabsorción por Sprue, hipoproteinemia, insuficiencias enzimática o pancreática, enteritis regional o colitis ulcerativa.
  7. Adultos con trastomos gastrointestinales funcionales, como discinesia esofágica o accidentes cerebrovascular, diarrea idiopática, vómito psicógeno o anorexia nerviosa.
  8. Personas que no pueden ingerir alimentos o que los regurgitan o broncoaspiran después de ingerirlos o recibirlos por sonda a causa de la disminución total o parcial del nivel de conciencia por trastornos metabólicos graves, padecimientos neurológicos, cirugía intracraneal o traumatismos del sistema nervioso central.
  9. Sujetos con hipermetabolismos por traumatismos graves, como las quemaduras extensas de tercer grado, fracturas de importancia o lesiones de tejidos blandos.
  10. Individuos que padecen colitis granulomatosa o ulcerativa y enteritis tuberculosa, en que está enferma la porción principal de la mucosa de absorción.
  11. Parapléjicos, cuadripléjicos o debilitados con úlceras por decúbito indoloras en el area pélvica, en particular cuando hay contaminación fecal.
  12. Personas con cáncer, acompañado o no de caquexia, en quienes la desnutrición puede poner en riesgo el éxito de una modalidad terapéutica contra el tumor.
  13. Personas con insuficiencia renal aguda reversible, en quienes el hipercatabolismo origina la liberación de aniones y cationes intracelulares que inducen hipercaliemia, hipermagnesemia o hiperfosfatemia.

COLOCACION DEL CATETER VENOSO CENTRAL
El éxito de la hiperalimentación IV por lo general depende de la colocación y conservación correcta del catéter venoso central. Este, radiopaco, de calibre 16 fr y 20-30 cm de longitud, se introduce de manera percutánea hasta las venas subclavia o yugular interna, por las que se llega hasta la cava superior.
La introducción del cateter en la subclavia empieza con la colocación del paciente sobre su espalda, con la cabeza en un ángulo de 15º debajo de la horizontal y una pequeña almohadilla entre los omóplatos, que permite el descenso de los hombros en sentido posterior y con esto, la dilatación de la subclavia. La piel se limpia con éter y después con un yodoforo. Luego se colocan lienzos quirúrgicos adecuados y se acatan las medidas de asepsia. Se infiltra un anestésico local en la piel, tejido subcutáneo y periostio a la altura del borde inferior del punto medio de la clavícula. Se introduce una aguja del 14 Fr. de 5 cm de longitud, acoplada a una jeringa en el sitio de punción, con el bisel hacia abajo, y se adelanta hacia la punta del dedo del operador. La aguja ha de pasar junto a la superficie clavicular inferior, arriba de la primera costilla hacia la subclavia. Su entrada en la vena se advierte por la presencia de sangre cuando se aspira con la jeringa. La aguja se adelanta unos cuantos milímetros más para cerciorarse de que esté por completo en el interior de la vena.
Después, se pide al paciente que realice la maniobra de Valsalva o se presiona con el pulgar sobre el sitio de punción mientras se extrae la jeringa, para prevenir la embolia gaseosa. A continuación, se introduce un catéter radiopaco 16 fr de 20-30 cm por la aguja y se lleva hasta la vena cava superior.
El paso siguiente es extraer la aguja y acoplar una pequeña férula de plástico en la unión del catéter con la aguja, para evitar que ésta corte al catéter. En siguiente término, se conecta el catéter con un tubo esterilizado para venoclisis y se comienza la administración lenta mientras se sutura el catéter a la piel y se cubre éste con un apósito oclusivo.
Se toma una radiografía torácica para confirmar la posición del cateter radiopaco en la vena cava y la ausencia del posible neumotórax.
Cada dos o tres días en el sitio de punción se cambia el tubo de venoclisis, se procede a la asepsia quirúrgica y se aplica ungüento antibiótico y un nuevo apósito oclusivo.
El uso de la yugular interna ha sido muy satisfactorio especialmente en niños. No es prudente a menos que resulte del todo necesario, llevar catéteres hasta la vena cava inferior desde las extremidades inferiores, en virtud de las mayores probabilidades de sepsis y tromboembolia.

PUNCION SUBCLAVIA
a. Introducción del trocar de punción subclavia, previa antisépsia y anestesia local.
b. Colocación del catéter a través del trocar
c. Apósito oclusivo.

PREPARACION Y ADMINISTRACION DE LAS SOLUCIONES
La solucion básica tiene una concentración final de 20-25% de dextrosa y 3-5% de aminoácidos cristalinos.
Los preparados vitamínicos IV se deben agregar, además hay que agregar 10mg de fitomenadiona, (vitamina k) y 5 mg de ácido fólico por vía IM una vez por semana, dado que son inestables en la solucion de hiperalimentación. También se prescribe una inyeccion IM mensual de cianocobalamina (vitamina B12)
La deficiencia de ácidos grasos esenciales se torna evidente con dermatitis, sequedad de piel, descamación, caida del cabello. Este síndrome se previene con la administración de una emulsión de grasas equivalente al 4-5 % del total de calorías aportadas.
Las emulsiones de grasa que aportan 9kcal/g, dos veces más que las calorías suministradas por lg de glucosa, son isotónicas y pueden administrarse a través de una vena periférica, estas emulsiones contienen aceite de soja o de semillas de algodón y están constituidas principalmente por los ácidos oleico y linoleico.
Se suelen requerir oligoelementos minerales esenciales y es factible suministrarlos por la adicion directa de sus preparados comerciales a las soluciones de aminoácidos y dextrosa.
Se adiciona además cloruro de zinc (su deficit produce exantema eczematoide) y sulfato de cobre (su deficit produce anemia microcítica). el deficit de cromo produce intolerancia a la glucosa.
La insulina se administra para garantizar la tolerancia a la glucosa, es fundamental agitar el frasco en donde se la diluye, pues su depósito por la gravedad puede producir hipoglucemias severas.
Es imperativa la vigilancia minuciosa en busca de complicaciones electrolíticas, volumétricas, acidobásicas y sépticas. Los signos vitales y diuresis se miden con regularidad, además se pesa diariamente al enfermo.
Los ajustes frecuentes del volumen y composición de las soluciones son necesarias durante el tratamiento. Los electrólitos se miden cada día hasta que se recupere la estabilidad y cada dos o tres días en lo sucesivo, ademas de medir al menos en forma semanal el hemograma, BUN, funciones hepáticas, fosfato y magnesio.
La glucosuria se mide cada 6h y la glucemia por lo menos una vez diaria durante los primeros días del régimen.
La insulina se administra en la medida necesaria para mejorar la tolerancia a los cabohidratos. La respuesta de la glucemia a la insulina exógena se evalúa por medición frecuente en sangre capilar. Si persisten la hiperglucemia o glucosuria, es usual que se disminuya la concentración de dextrosa en la solución, se desacelere la velocidad de administración de esta o se agregue insulina como respuesta a la administración continua de carbohidratos.
La administración de concentraciones adecuadas de potasio es indispensable para lograr el balance nitrogenado positivo y reponer las reservas intracelulares disminuidas de este ion. Además el desplazamiento significativo del potasio, del medio extracelular a intracelular, suele ocurrir a causa de la administración considerable de glucosa, lo que da lugar a hipocaliemia, alcalosis metabólica y aprovechamiento deficiente de la glucosa.
La hipocaliemia puede causar glucosuria, que se trata con potasio, no con insulina.

EMULSIONES DE LIPIDOS
Las emulsiones de lípidos derivados de los aceites de soja y girasol se emplean como nutriente coadyuvante para prevenir el déficit de ácidos grasos esenciales.
Por otra parte, son eficaces los lípidos como fuente de calorías en personas con traumatismos e hipermetabolismo. Se aconseja limitar las emulsiones referidas a 2,0-2,5 g/kg/día.
En caso de carecer de estas emulsiones para administración EV, por su costo, se puede intentar suplementar el aporte calórico y de ácidos grasos esenciales mediante la aplicación de aceites vegetales sobre la superficie cutánea, siendo de este modo difícil cuantificar la real absorción.

COMPLICACIONES
Una de las complicaciones más graves es la sepsis bacteriana o micótica por contaminación del catéter venoso central.
Uno de los primeros signos de la sepsis generalizada suele ser la aparición súbita de intolerancia a la glucosa (con o sin hipertermia), estando indicada la búsqueda minuciosa de un foco séptico.
Si persiste la fiebre hay que extraer el catéter venoso y realizar cultivos del mismo, actualmente en algunos centros clínicos se reemplazan los catéteres de pacientes con bajo riesgo de infección mediante un alambre guía en J. En caso de persistir infección 24-48 hs sin causa definida, reemplácese el catéter en la subclavia opuesta o en yugular interna.
Otras complicaciones relacionadas con la introducción del catéter son el neumotórax, hemotórax e hidrotórax, lesiones de la arteria subclavia; arritmias cardíacas si el catéter se lleva hasta la aurícula o el ventrículo, embolia gaseosa por catéter y en unos casos perforación cardíaca y taponamiento.
La tomboflebitis o trombosis clínicamente evidentes de la vena cava superior han sido raras.
Hay una tendencia al uso cada vez más frecuente de catéteres de luz múltiple para la alimentación parenteral y la vigilancia de pacientes gravemente enfermos. El uso de catéteres implantados en forma permanente se reserva para pacientes sin sepsis o de alto riesgo que requieran nutrición o fluidoterapia durante largos periodos, así como otros enfermos seleccionados en quienes se precisen valoraciones sanguíneas frecuentes.

EL BAZO

ANATOMIA
El bazo pesa normalmente de 100 a 250 g, se encuentra en una excavación limitada dorsalmente por el riñón izquierdo y la glándula suprarrenal, lateralmente por la porción costal del diafragma, cranealmente por la cúpula del diafragma, ventromedialmente por el estómago y caudalmente por la flexura esplénica del colon.
Los ligamentos del bazo son reflexiones peritoneales. El bazo se encuentra suspendido por estos ligamentos en el hipocondrio izquierdo.
El ligamento gastroesplénico, que es una continuación del gastrocólico, contiene los vasos cortos del estómago, estos vasos son las ramas terminales de la arteria esplénica y se anastomosan con la circulación gastroepiploica.
El ligamento frenoesplénico se refleja por encima del riñón y recibe entonces el nombre de ligamento espleno-renal; la porción inferior del ligamento espleno-renal, que se refleja sobre el colon, se conoce con el nombre de ligamento esplenocólico.
El ligamento espleno-renal contiene la arteria y vena esplénicas, así como la porción más distal de la cola del páncreas.
El bazo está irrigado por la arteria esplénica que es la rama mayor del tronco celíaco. Discurre por el borde superior del páncreas. La vena esplénica acompaña a la arteria en su curso por el borde superior del páncreas y se encuentra por debajo de la arteria.
La vena esplénica se une con la mesentérica superior para formar la vena porta.

MOTIVO DE CONSULTA
El aumento de tamaño del bazo, ESPLENOMEGALIA, de por si no suele dar manifestaciones locales, pero cuando el órgano adquiere grandes dimensiones , por ejemplo, en la leucemia mieloide crónica, puede ocasionar dolor gravativo o sensación de peso.
En los abscesos, en la periesplenitis y en los infartos esplénicos hay dolor punzante de rápida aparición, localizado al hipocondrio izquierdo o irradiado al hombro del mismo lado
Existen casos de ausencia congénita de bazo, ASPLENIA, se asocian con otras anomalías congénitas y se tratan de lactantes que sobreviven poco. Hay formas adquiridas en anemias drepanocíticas graves.

HIPERESPLENISMO
Aumento de una o varias funciones del bazo.
Pueden coexistir anemia con leucopenia y trombocitopenia, acompañada de médula osea activa, generalmente hiperplásica.
A veces solo están disminuídas una o dos de estas series de elementos (eritrocitos, leucocitos polinucleares o plaquetas)
Puede presntarse con ictericia por hemólisis
Se lo encuentra en la esplenomegalia congestiva, llamada antiguamente sindrome de Banti, en la cirrosis hepática, esquistozomiasis hepática, trombosis de la esplénica o de la porta,, en el sindromede Felty, enfermedad de Gaucher; a veces se observa en el lupus sistémico, sarcoidosis, linfoma, leucemia linfática crónica

INSPECCION
Si existe gran esplenomegalia, se puede ver abultamiento en hipocondrio izquierdo, visualizándose su excursión respiratoria en dirección oblicua hacia la región inguinal derecha.

PALPACION
Normalmente el bazo no se palpa en los adultos, puede palparse cuando está ptosado o desplazado hacia abajo; ej.: derrame pleural izquierdo.
Si se palpa es por que ha aumentado de tamaño en más del doble de su volumen.
En los niños su palpación es posible en una alta proporción de casos normales.

PALPACION EN DECUBITO DORSAL
Miembros inferiores extendidos, superiores a los costados del cuerpo, cabeza levemente levantada con una almohada.
Médico ubicado a la derecha, mano izquierda sobre las últimas costillas que empuja hacia adentro; apoya la mano derecha de plano sobre la pared abdominal en dirección oblicua, con el talón en fosa ilíaca derecha y los pulpejos de los dedos dirigidos hacia el reborde costal izquierdo.
Se solicita al enfermo que respire ampliamente, con el objeto de que la contracción difragmática durante la inspiración, permita el descenso del bazo.
Se asciende gradulmente después de cada inspiración, durante la espiración, hasta llegar a palpar el polo inferior o el reborde costal. A continuación se tratará de palpar sus bordes, escotadura, superficie, anotando sus características.
Es de utilidad hacer notar que en la esplenomegalia no puede introducirse la mano entre la masa palpable y el reborde costal, hecho que puede efectuarse en caso de los tumores renales.

PALPACIÓN EN POSICIÓN DE SCHUSTER
Decúbito lateral derecho, con el torax en posición intermedia entre el decúbito dorsal y el lateral derecho, la cabeza apoyada sobre una pequeña almohada, el miembro izquierdo flexionado (pierna sobre muslo) y el derecho extendido; el miembro superior izquierdo sobre el torax y apoyado.
El examinador de pie, a la izquierda del paciente, apoya sobre las últimas costillas su mano derecha y con la izquierda, con los dedos flexionados en forma de gancho, desplazándola desde la fosa ilíaca derecha, trata de palpar el reborde costal.
Se puede determinar por palpación: la consistencia, tamaño, características de su superficie, sensibilidad, frotes.

PERCUSION DEL BAZO
Paciente en decúbito lateral derecho con una almohadilla bajo el flanco derecho, con el brazo izquierdo elevado sobre la cabeza.
La percusión debe ser suave
Primeramente se delimitará el borde superior, percutiendo la región axilar yendo de arriba abajo, siguiendo las 3 líneas axilares, posterior, media y anterior. El dedo plexímetro se colocará en los espacios intercostales paralelo a las costillas; de esta manera se pasa de la sonoridad pulmonar a la matidez esplénica, luego se delimita por percusión el borde inferior, yendo del timpanismo abdominal por abajo, a la matidez esplénica por arriba.
Finalmente se delimita el polo anterior percutiendo muy suavemente a nivel del espacio de Traube. Se comienza a nivel del 10º espacio yendo desde el reborde costal hacia afuera, luego se repiten las maniobras a nivel del 9º y 11º espacio.

Auscultación
Pueden auscultarse frotes por despulimiento de la serosa, en las periesplenitis, en el infarto de bazo y en el absceso.
Rara vez se ausculta un soplo sistólico, traducción de un aneurisma de la esplénica.

RADIOLOGIA
La radiografía simple de abdomen permite en ocasiones apreciar el tamaño del órgano y con poca frecuencia, calcificaciones.
La radiografía contrastada de estómago, lo muestra desplazado hacia adentro por los tumores de bazo, mientras que el ángulo esplénico del colon se ve desplazado hacia abajo y hacia adentro en la radiografía de colon por enema.
La esplenoportografía se utilizaba para el estudio de la hipertensión portal.

ECOGRAFIA ABDOMINAL

CENTELLOGRAFIA ESPLENICA
Es otro método para estudiar la morfología esplénica, se utilizan eritrocitos que pierden su plasticidad por medio de tratamiento químico, o por el calor.
Estos eritrocitos son marcados con Cr51, o con bromo mercuro hidroxipropano (BMHP) marcado con Hg197 y reinyectados al paciente de manera que el bazo los capta.
Se pondrán en evidencia cambios de tamaño y forma.
Cuando el órgano está afectado por quistes o tumores, se evidencia una zona de hipocaptación o zona fría.

T.A.C.
Es el método de diagnóstico por imágenes más usado actualmente para detectar alteraciones en la morfología del bazo
R.M.N.
De reciente incorporación y de muy clara definición.

PUNCION ESPLENICA
Es un recurso de excepción, contraindicado ante la sospecha de quiste hidatídico, infarto esplénico reciente, absceso esplénico o trastornos en la coagulación.
Se realiza anestesia local infiltrativa, se punza con una aguja de 10 cm de longitud y 1,5 mm de diámetro que se introduce a la altura del 10º o 11º espacio intercostal.
En las esplenomegalias la punción se puede efectuar por debajo del reborde costal. Se introduce la aguja en el parénquima solo 2 cm.
Se obtienen normalmente células endoteliales del peritoneo, reticulocitos, linfocitos, escasisimos mielocitos y megacariocitos o eritroblastos.

INDICACIONES DE LA ESPLENECTOMIA
Puede llevarse a cabo como procedimiento electivo o como procedimiento de emergencia.

Procedimientos electivos
En algunos trastornos funcionales del bazo, los hiperesplenismos.
En la esferocitosis hereditaria y la eliptocitosis, que se deben a defectos autosómicoas de los hematíes, que dan lugar a un aumento de la hemólisis intraesplénica.
Enfermedades específicas del bazo
Como complemento de otras intervenciones quirúrgicas, la esplenectomía es una parte del procedimiento requerido para la gastrectomía radical, y para la pancreatectomía distal.
Aunque raros, los abscesos, quistes y tumores del bazo existen y deberían tratarse por esplenectomía.
Los aneurismas de la arteria esplénica, pueden no requerir esplenectomía, en el momento de la aneurismectomía
La esplenectomía como parte de la intevención para estadificar la enfermedad de Hodgkin.

Esplenectomías de urgencia
HERIDAS PENETRANTES

TRAUMATISMOS NO PENETRANTES: Pueden conducir a la laceración, fragmentación o avulsión del bazo y su pedículo vascular.
A menudo este tipo de traumatismo origina la formación de hematomas, estos hematomas pueden permanecer asintomáticos por un cierto tiempo, absorbiendo líquido extracelular, esto produce edema con la eventual rotura de la cápsula esplénica y hemorragia intraabdominal.
Este mecanismo se puede completar, desde varias horas después del traumatismo, a varios meses después.
También la hemorragia en 2 tiempos, se produce por progresión de la hemorragia intraparenquimatosa contenida dentro de la cápsula, hasta su estallido.

TRAUMATISMOS QUIRÚRGICOS
Los desgarros iatrogénicos de la cápsula del bazo se producen por tracción excesiva de los ligamentos durante gastrectomías, vagotomías o durante la liberación de la flexura esplénica del colon.
También pueden producirse durante la punción esplénica para biopsia, medición de presión portal, o inyección de material radioopaco.
En estos casos algunas veces se hace necesaria la esplenectomía, otras veces se realizan suturas conservadoras, o el cierre de laceraciones mediante cinta adhesiva atópica.

ROTURA ESPONTANEA
Un bazo de tamaño aumentado y enfermo, está más predispuesto a la rotura que un bazo normal.
La malaria, mononucleosis infecciosa, la fiebre tifoidea y varios linfomas, son entidades nosológicas en las que la rotura espontanea del bazo se describe con cierta frecuencia.
Casi siempre la rotura se produce como consecuencia de un golpe pequeño u olvidado

DIAGNOSTICO DE LA ROTURA ESPLENICA
Los signos y síntomas varian de acuerdo con la gravedad y rapidez de la hemorragia.
Los signos generales corresponden a los de una hemorragia interna. Taquicardia, hipotensión y si no se repone la pérdida hemática,shock.
Debería sospecharse cuando se presenta dolor intenso abdominal superior, escapular izquierdo o del hombro.
Dolor referido al hombro izquierdo o signo de Kehr
El dolor puede aliviarse en posición reclinada, se agrava con la tos o la respiración profunda.
Puede presentarse contractura abdominal variable, más intensa en cuadrante superior izquierdo.
Puede recogerse el signo de Hoffman y Salgesser, positivo también en las peritonitis.
Consiste en la producción de un dolor localizado en abdomen superior, consecutivamente a la presión del nervio frénico a nivel del cuello, su patogenia sería explicada por la contactura del diafragma por estimulación frénica y el contacto con la zona de lesión. (Signo del rebote frénico)
Los traumatismos torácicos cerrados pueden causar fracturas de costillas, que a su vez pueden lacerar el bazo.
En el examen físico se descubren signos de hemorragia intraperitoneal, tales como rigidez del abdomen, que puede ser más notable en la parte superior.
Signo de la matidez cambiante de Charles Ballance: Existe matidez en ambos flancos, pero mientras que la del costado derecho puede ser desplazada, la del costado izquierdo permanece fija. Este signo se explica por la existencia de sangre en la cavidad abdominal, parte de la cual se ha coagulado en las vecindades del bazo herido.
Casi nunca se encuentra una masa palpable en el hipocondrio izquierdo, pero si está presente y expande, es de gran ayuda.
Deben realizarse hematocritos seriados.
Una leucocitosis intensa puede acompañar a la rotura esplénica.
La presencia de sangre en la cavidad abdominal, puede confirmarse por paracentesis, la colocación de un cateter y su observación, así como los lavados reiterados pueden arrojar mayores resultados positivos en la búsqueda de hemoperitoneo, que la simple punción.
Puede aparecer distensión abdominal por ileo paralítico
La radiografía puede revelar fracturas costales, esplenomegalia, o desplazamiento de las sombras aereas de colon y estómago.
La angiografía de la arteria esplénica, es en ocasiones valiosa para diagnosticar una herida oculta del bazo.
Varias técnicas que utilizan la gammagrafía con isotopos radiactivos son útiles para establecer el diagnóstico de rotura.

GRADOS DE LESION
Creemos que las clasificaciones que se adaptan en la actualidad para categorizar cada tipo de lesión esplénica son: la Organ Injury Scale (Revisión 1994) propuesta por el comité de la Asociación Americana para la cirugía del trauma y el Abdominal Trauma Index (ATI), que se describen a continuación:

Spleen Injury Scale (1994 Revision)

I Hematoma
Laceración
Subcapsular, < 10% superficie.
Ruptura, capsular < 1cm en profundidad.
II Hematoma
Laceración
Subcapsular. 10 %- 50 % de superficie, intraparenquimatoso < 5 cm de diámetro.
1-3 cm en profundidad. No compromete los vasos trabeculares.
III HematomaLaceración Subcapsular, > 50% de superficie o expansivo. Ruptura de un hematoma capsular o central. Hematoma intraparenquimatoso > 5 cm o expansivo.
> 3 cm en profundidad o que involucre vasos trabeculares.
IV Laceración Involucra vasos segmentarios o hiliares produciendo una
desvascularización > 25%.
V Laceración
Vascular
Bazo completamente destruido.
Herida vascular hiliar, que desvasculariza el bazo.

Avanzar un grado para lesiones múltiples, hasta el grado III
La clasificación siguiente, deviene de la publicada por Moore y colaboradores en la década del 80, el Penetrating Abdominal Trauma Index (PATI), que intentó cuantificar las complicaciones del trauma abdominal penetrante. Este score anatómico, asigno un factor de riesgo a cada órgano abdominal lesionado, con una escala de 1 a 5, según el órgano y además un número que describía la severidad de la lesión en particular, donde 1 = lesión mínima, 2 = lesión menor, 3 = moderada, 4 = mayor y 5 = máxima.
El producto del factor de riesgo por el score de cada órgano, da un score individual; se suman los scores de los órganos lesionados resultando el valor definitivo del PATI . Este estudio demostró que cuando el PATI era menor de 25 la morbilidad postoperatoria oscilaba entre el 5 y 7 %; en cambio cuando el PATI era mayor de 25 la la incidencia de complicaciones fue de alrededor del 50 %.
Este índice predictivo de complicaciones para heridas penetrantes dio origen luego al Abdominal Trauma Index (ATI), que fue aceptado para traumatismos cerrados y penetrantes de abdomen.

Abdominal Trauma Index (ATI)

Organo Factor de riesgo «Score» de gravedad
Bazo 3 1- No sangrante
    2- Cauterio o agente hemostático
    3- Desgarro menor o sutura
    4- Resección parcial
    5- Esplenectomía

Indicaciones de la Esplenectomía en Trauma

  • Lesión esplénica severa.
  • Compromiso del pedículo.
  • Importante deterioro hemodinámico.
  • Heridas viscerales múltiples.

TECNICA DE LA ESPLENECTOMIA
La resección del bazo consiste básicamente en la división de sus uniones
ligamentosas y de su pedículo vascular.

Aislamiento de la arteria esplénica a través de la transcavidad de los epiplones
Cirugía General Principios y Técnicas Paul Nora 2ª Edición

 


Escisión del ligamento gastroesplénico y de los vasa brevia
Cirugía General Principios y Técnicas Paul Nora 2ª Edición

 


Movilización del bazo y escisión del ligamento esplenorrenal
Cirugía General Principios y Técnicas Paul Nora 2ª Edición

 


Sección de los vasos hiliares
Cirugía General Principios y Técnicas Paul Nora 2ª Edición

Tratamiento no operatorio
Esta conducta fue aplicada en niños y posteriormente en adultos como resultado de observar que la extirpación del bazo en numerosas lesiones esplénicas muchas veces era innecesaria.
Se indica en pacientes seleccionados, con traumatismo cerrado único del bazo, hemodinámicamente estables y que los estudios por imágenes establezcan condiciones aceptables. Es importante destacar que este tipo de tratamiento debe ser realizado en
centros con amplia experiencia y con el enfermo internado en unidades de cuidados especiales.
Para indicar una conducta no operatoria se deben reunir las condiciones siguientes:

  • Traumatismo no penetrante
  • Estabilidad hemodinámica
  • Lesión esplénica única
  • Documentación de la herida esplénica por técnicas por imágenes
  • Ausencia de lesiones abdominales asociadas de importancia
  • Paciente alerta
  • Seguimiento y control estricto
  • Necesidad < 2 unidades de sangre

Este tratamiento debe ser interrumpido de inmediato ante la aparición de signos de inestabilidad hemodinámica o de compromiso peritoneal.
Secuelas de la esplenectomía
Son casi siempre transitorias y no causan molestias:
Eritrocitosis
Trombocitosis
Leucocitosis

El sistema reticuloendotelial sufre una proliferación generalizada
Los ganglios pueden mostrar una actividad hemopoyética aumentada
Los bazos accesorios se hipertrofian
El dolor diafragmático de la incisión puede inmovilizar el hemitorax izquierdo
Se han comunicado infecciones tardías post esplenectomía
Se ha descripto septicemia neumocóccica «abrumadora» en niños sometidos a esplenectomía, con una mortalidad de un paciente cada 2000, mientras que en adultos esta complicación letal se produce cada 4000 esplenectomizados.
Se puede prevenir la sepsis mediante la administración de vacuna antineumocóccica a los esplenectomizados.

BIBLIOGRAFIA

Florez Nicolini F.; Casaretto E.A.; Relato Oficial 67º Congreso Argentino de Cirugía.
Número Extraordinario Rev. Arg. Cirugía. 1996

Nora, P. F. Cirugía General . Principios y Técnicas 2ª Edición. Barcelona España 1985

Schwartz S.; Shires G.T.; Spencer F.C. Principios de Cirugía. 5ª Edición Editorial Interamericana. Mc. Graw – Hill México 1990

Zuidema G.D. Cirugía del Aparato Digestivo III 3ª edición Editorial Panamericana Buenos Aires 1997

CLASE DE SEMIOLOGIA Y ANATOMIA DE ANO Y RECTO

El ano es un conducto implantado en el perineo posterior, que tiene una longitud de 2 a 3 cm.
Se extiende desde la unión mucocutanea hasta la línea pectinea.

El aparato esfinteriano del ano comprende 3 grupos musculares:

El esfinter interno: constituye un engrosamiento de las fibras musculares circulares del recto, el límite inferior de este músculo corresponde a la línea Blanca de Hilton. Es un músculo involuntario.

El esfinter externo: Comprende tres grupos de fibras, subcutaneo, superficial y profundo; es voluntario.
El grupo muscular profundo se continua con los haces pubo-rectales del elevador del ano.

El elevador del ano: Forma un embudo insertado en la pelvis, confluyendo hacia el recto.

Tiene tres haces:
– Ileocoxigeo
– Pubocoxigeo
– Puborectales

Se completa hacia atrás con el músculo isquiocoxigeo.

EL RECTO: Es el segmento preterminal del tubo digestivo, alojado en la excavación pelviana.
Se extiende desde la línea pectinea hasta la unión rectosigmoidea, aproximadamente a nivel de la 3ª vértebra sacra. Mide aproximadamente 12 cm de largo, con un diámetro aproximado por su extensibilidad a 12 cm. Normalmente vacío se aplican sus paredes anterior y posterior, una contra otra.

El límite inferior es la línea pectinea, es la unión embriológica y macroscópica entre el ano y el recto, se llama así porque asemeja a un peine.
Intervienen en su constitución: Valvas, pilares y papilas de Morgagni, que constituyen criptas de Morgagni

En las criptas de Morgagni, desembocan las glándulas de Chiari, glándulas sudoríparas atróficas en nuestra especie, cuya inflamación produce trayectos fistulosos y abscesos perianales.

Las válvulas de Houston, normalmente son tres: La 1ª y la 3ª están a la izquierda , la 2ª ocupa el lado derecho.
Cada una ocupa un tercio de la circunferencia y adopta la forma semilunar con la concavidad hacia arriba; describen un plano inclinado en espiral que aparentemente favorece la progresión del cilindro fecal.
La unión rectosigmoidea representa un estrechamiento a la luz rectal.

IRRIGACION
Hemorroidal superior: Rama terminal de la mesentérica inferior.
Hemorroidal media: Rama de la hipogástrica.
Hemorroidal inferior: Rama de la pudenda interna.
Sacra media rama inferior de la aorta.
Vesical inferior.
La sangre venosa recogida por la hemorroidal inferior desagota en el sistema porta, los otros pedículos van a tributarias de la vena cava inferior.

Distribución arterial y venosa horaria, de los paquetes primarios.
Los paquetes hemorroidarios primarios se distribuyen siguiendo el patrón impuesto por la hemorroidal superior, de modo que se ubican en horas 3, 7 y 11.

INERVACION
Simpática: Plexo presacro o nervio hipogástrico, que a su vez da origen a los plexos pelvianos y que acompañan en su trayecto inicial a la hemorroidal superior, pero luego se separan.
Parasimpática: Plexo sacro, proviene del parasimpático sacro y sus ramas se unen a los plexos pelvianos, que llevan el simpático, pudiendo lesionarse (nervios erectores) en la resección abdómino-perineal de recto.

LINFATICOS
El drenaje linfático se hace hacia arriba, mediante los linfáticos y los ganglios que acompañan a los vasos hemorroidales superiores y mesentéricos inferiores, esencialmente a los ganglios aorticos.

Lateralmente: A lo largo de los vasos hemorroidales medios, en cada lado hacia los ganglios ilíacos internos, en la correspondiente pared lateral de la pelvis.
Pueden haber algunos ganglios en la superficie superior de los músculos elevadores del ano y en la intimidad de los ligamentos laterales del recto.

Hacia abajo: A través de los ganglios linfáticos para-rectales, en el dorso del recto y a lo largo de los plexos linfáticos, en la piel anal y perianal, los esfínteres anales y la grasa isquiorectal, para alcanzar evenyualmente a los ganglios inguinales, o a los ganglios a lo largo de los vasos ilíacos internos

Vías cortas: Ganglios de Gerota, en la concavidad del sacro.

ANAMNESIS
Edad, sexo.
MOTIVO DE CONSULTA
Dolor:
Horario del dolor en relación a la defecación: si es antes, durante o después de la defecación.
Si es permanente.
Diurno o nocturno
Si cambia con las posiciones

Dolor que aparece o se exagera durante la defecación:
Criptitis, papilitis, ulceraciones, crisis hemorroidal, cáncer ulcerado de ano

Dolor que aparece una vez terminada la defecación, incluso a veces después de un intervalo libre: Fisura anal

Dolor continuo:
– Prolapso anal
– Trombosis hemorroidal
– Abscesos anorectales
– Abscesos isquiorectales
– Cancer avanzado de recto

Dolor que no sigue el ritmo defecatorio: Dolor de la crisis tabética y de la proctalgia fugaz

Dolor que aumenta con la menstruación: Endometrosis rectal o rectovaginal.

Pujo: Contracción por modificación local del peristaltismo rectosigmoideo.
Sensación muy molesta y dolorosa, que obliga al enfermo a hacer frecuentes esfuerzos para eliminar el contenido rectal, sin conseguirlo, o eliminando una pequeña cantidad de secreción.

Tenesmo: Sensación continua de plenitud rectal, de cuerpo extraño intraampular, que conduce a frecuentes esfuezos estériles de defecación.
Ej.: Cáncer de recto, disquesia, proctitis, C.U.I.

ANOMALIAS DE LA EVACUACION
Por lesiones orgánicas, la presencia de heces acintadas, que se eliminan con gran esfuerzo.

DIARREAS
Heces líquidas.
Producción de una cantidad de heces superior a la normal, con aumento del contenido de agua y aumento del número de deposiciones.
Diferenciar las rectales de las de origen más alto.
Falsas diarreas: Escasa deposición con aumento de la frecuencia.
También se mencionan como falsas diarreas, las deposiciones líquidas que se producen en los constipados por depósito y liquefacción de las heces por acción bacteriana.

Diarreas agudas: Menos de tres semanas de duración.

Diarreas crónicas: Diarrea recurrente, o de más de tres semanas de duración.

CONSTIPACION
Disminución de la frecuencia de evacuación, en el dólico-megacolon, obstrucción, cancer, etc.
Evacuación de menos de tres veces por semana.
Obstucción brusca e intermitente en el pólipo pediculado.
Escíbalos: Heces caprinas; participacíon colónica espástica.

Expulsión de sangre
ENTERORRAGIA
Sangre líquida o coagulos
Sangre mezclada en la materia fecal
Estrías en la mat. fecal
Tiñe de rojo el agua que sobrenada

(Pólipos, cáncer, hemorroides, fisuras)

Moco: CUI, Adenoma velloso, disenterías.

Pus: Disenterías, abscesos que se evacuan, CUI, fístulas perianales

Exudados en general:

Prurito: Parásitos, hemorroides, diabetes; el prurito en las parasitosis más comunes comienza al ir a la cama.

Nota· Disentería: Enfermedad infecciosa caracterizada por la ulceración e inflamación del tubo digestivo, sobre todo del colon, con frecuentes diarreas, dolorosas y sangrantes.
Las formas más típicas son la bacteriana o la amebiana.

Antecedentes hereditarios: Carcinoma, hemorroides, colitis, pólipos, Peutz Jegger, Turcot, Gardner.

Factores cósmico-ambientales:

Antec. ocupacionales:

Hábitos defecatorios:

  • Posición de pie
  • Dieta, vegetales.
  • Cuestiones laborales
  • Letrinas
  • Utilización de baños

Antec. patológicos:

  • Hepatopatías
  • Diabetes
  • Chagas
  • Constipación:
    – Hemorroides
    – Fisuras
    – Cáncer

Antec. quirúrgicos:

  • Hemorroides: Whithead
  • Fisuras
  • Incontinencia

INSPECCION:

Posición genupectoral
Posición ginecológica
Posición lateral izquierda de Sims: Con la pierna derecha extendida y la izquierda flexionada sobre el abdomen. (en personas asténicas, enfermos, trastornos articulares)

Buena iluminación, se utiliza una sábana para cubrir al enfermo de las nalgas para arriba.
Se separan bien las nalgas con ambas manos, se inspeccionará el orificio anal, la región perianal, las nalgas, los genitales externos, la cara interna de los muslos.

 

Se observarán anomalías de la piel:

  • humedecidapor secreciones
  • Rascado
  • Orificiosfistulosos
  • Eczematización
  • Piodermitis
  • Liquenificación
  • Piel dura, acartonada, edematizada
  • Rágades:Exulceraciones alargadas superficiales en el pliegue intergluteo, muy cerca del márgen anal
  • Hongos

Orificios fistulosos: en ocasiones como promontorios, pues se cierran.

Abscesos: Masa inflamatoria, roja, fluctuante, superficial, otras veces puede ser profundo y no hay cambio de color en la piel.

Condilomas planos: Protrusiones redondeadas irregulares que sobresalen en la piel algunos mm, color de piel clara, bordes verticales, superficie lisa, a veces cubiertos de membrana necróticas.

Condilomas acuminados: Excrecencias papiliformes como coliflor o cresta de gallo. (humedad y suciedad)

Cancer de ano: formas vegetantes, planas, ulceradas.

Ulceraciones: fisura anal, hemorroides centinela.

Chancro: Erosión secretante de base endurecida, secreción rica en treponemas, escasa en cantidad.

Chancro blando: Producido por el bacilo ducreyi, de base blanda, de bordes tumefactos

HEMORROIDES: Del griego, haimas: sangre; roos: flujo.
Son varicosidades de los plexos venosos en la pared del canal anal y en el segmento inferior del recto.

HEMORROIDES EXTERNAS: Cubiertas por mucosa anal , por debajo de la línea pectínea. Aumentan de volumen con los esfuerzos de la defecación.

Cuando hay trombosis, las hemorroides se tornan duras, dolorosas, no se reducen.

Mariscos: Secuelas de hemorroides trombosadas y esclerosadas.

HEMORROIDES INTERNAS: Pueden prolapsarse y exteriorizarse por el orificio anal; tienen origen por encima de la linea pectinea. Pueden acompañarse de secreción catarral y prurito.

Las hemorroides lamadas externas son generalmente internas y externas, pues las generalmente afectadas son las del plexo hemorroidal submucoso o internas, ramas de la hemorroidal superior, pero posteriormente las ramas del plexo subcutaneo o externo, participan del problema, tienen 2/3 por encima de las criptas anales y 1/3 por debajo.

Distribución: depende de la división de las ramas de la hemorroidal superior, una izquierda y dos derechas.

Grados

1er Grado: Se proyectan en la luz del canal anal solo al defecar.

2º Grado: La superficie mucosa puede aparecer en el orificio anal Al realizar mel esfuerzo de la defecación, aunque retorna al canal anal, cuando la defecación ha terminado.

3er Grado: Se prolapsan más facilmente y sobresalen aun sin los esfuerzos de la defecación, sino que permanecen prolapsados posteriormente y deben ser reintroducidos con los dedos.

4º Grado: Hemorroides muy antiguas, llegan a ser tan grandes y desarrollan revestimiento cutaneo, que ya no pueden ser reintroducidas apropiadamente en el canal anal. Permanecen como una proyección constante de la mucosa anal.

Prolapso rectal
A través del esfinter anal relajado, asoman una o más capas de la mucosa rectal. Son pliegues concéntricos, para diferenciarlos de las hemorroides, que cuando prolapsan, presentan pliegues radiados.
Pueden prolapsar por el ano algunas papilas hipertróficas, en caso de papilitis.

PALPACION
Palpación de la región perianal, puede detectar abscesos, procesos indurativos, fistulosos, etc.,

TACTO RECTAL
Con guante y dedil envaselinado, se trata de relajar el esfinter aplicando el dedo en el rafé inferior (anterior o posterior), se le pide al paciente que haga un esfuerzo defecatorio y se introduce lentamente.
Al retirar el dedo observar si trae pus, sangre, o moco.

Consideraremos:

Tono esfinteriano:

  • Hipertonía:
    – Pectenosis, por fisura anal
    – Ulceración, TBC
  • Hipotonía: En lesiones neurológicas o
    mecánicas.

Estado de la mucosa: Papilitis, carcinoma, etc.

Sensibilidad

Estenosis: Carcinoma, proctitis

Materia fecal: Fecaloma, disquesia

Cuerpos extraños

Tumores

Organos vecinos:

  • Utero
  • Cuello
  • Próstata
  • Vesículas seminales
  • Sacro, coxis
  • Espacio isquio-rectal
  • Espacio perianal
  • Espacio rectovesical en el hombre

ANOSCOPIA
Anoscopio de Zorraquin o de Bensaude
Forma de introducirlo

RECTOSIGMOIDOSCOPIA
Rectosigmoidoscopio de García Mattas, de Turrel, miden 25 cm, el de Finochietto, gigante mide aproximadamente 35 cm y es de mayor diámetro.
Pera insufladora de Richardson
Pinza para biopsia de Daniels

FIBROCOLONOSCOPIA
Biopsia: Si la presa se hace en el canal anal, hacer anestesia local, Si se hace la biopsia de una úlcera, se debe tomar de los bordes pues sinó, se corre el riesgo de perforación. La biopsia da certificación histológica del diagnóstico.
Citología exfoliativa: Lavado, cepillado

RADIOLOGIA
Radiografía de colon por enema, con doble contraste y control radioscópico

Urograma de excreción en el ca. de recto, para descartar o comprobar infiltración vesical o ureteral.

Arteriografía selectiva de la mesentérica inferior

Linfografía

Defecografía

Ecoendoscopía para determinar el grado de infiltración y el compromiso de estructuras vecinas.

EXAMENES DE LABORATORIO
Análisis de rutina
Coprocultivo bacteriológico y micológico
Coproparasitológico y escobillado perianal
Citológía exfoliativa
C.E.A.
Anticuerpos monoclonales marcados para detectar metástasis.

TRATAMIENTO QUIRURGICO
Hemorroides:

  • Hemorroidectomía:
    – Salmon Hallingham
    – Lockart Mummery
    – Bacon
    – Ferguson
    – Whithead
  • trombectomía

Fisura Anal: Fisurectomía y esfinterotomía

Fístula perianal: Fistulectomía Transesfinteriana, extraesfinteriana, intraesfinteriana, con resección del complejo criptoglandular.

Resecciones endoscópicas de pólipos

Electrofulguración de carcinomas

Resección anterior y anastomosis. Dixon

Descenso trans-anal en aganglionosis: Op. de Swenson

Anastomosis término lateral en megacolon: Op. de Duhamel

Amputación abdómino perineal de recto: Op. de Miles

Anastomosis ileo-anales, con reservorios o «pouch»

Resecciones colónicas con bolsas continentes de Kock.

 

ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL

Consideramos bajo esta denominación a la colitis ulcerativa (C.U.) y a la enfermedad de Crohn (E.C.) con sus variantes. Si bien muchos otros procesos inflamatorios afectan al intestino, estos suelen tener anatomía patológica claramente identificable.
La etiología sigue siendo desconocida en ambas enfermedades.
Algunas inflamaciones intestinales inespecíficas, también de etiología desconocida, se pueden considerar variantes de las dos formas clásicas.
Están caracterizadas por diarrea y proceso inflamatorio microscópico, sin hallazgos radiológicos ni endoscópicos. En algunos casos tiene buen resultado el uso de sulfasalazina y mesalazina.
Podemos considerar en esta categoría a la colitis linfocítica, también llamada de cambios mínimos y a la colitis colágena. Podemos incluir en este grupo la «diversion colitis» o inflamación de segmentos desfuncionalizados del intestino, post cirugía de resección de cualquier causa y la «pouchitis» o inflamación de la porción ileal descendida en las anastomosis ileo-anales, luego de las colectomías totales por colitis ulcerativa.

Patogénesis
Los estudios epidemiológicos parecen sugerir que se tratan de dos procesos diferentes.
La prevalencia de la enfermedad de Crohn ha aumentado significativamente en los EEUU y Europa Occidental en los últimos 25 años, para ambos sexos y en todas las edades. En el mismo período la prevalencia de colitis ulcerativa se ha mantenido estable.
Existe una relación inversa entre tabaco y colitis ulcerosa, incluso hay recaídas vinculadas con el cese del hábito de fumar.
En el Crohn, en cambio, se ha observado una asociación directa entre tabaco y actividad inflamatoria, esta actividad inflamatoria del Crohn también parece ser potenciada por el uso de analgésicos como el paracetamol, por los antiinflamatorios no esteroideos y por algunos azúcares simples.
La genética aporta datos interesantes:
Los parientes en primer grado de consanguinidad de pacientes afectados de E.I.I. tienen un riesgo aumentado en 10 veces, para la aparición de enfermedad. También se observa un aumento claro de incidencia en algunas poblaciones hebreas y concordancia de proceso en gemelos monocigotas con enfermedad de Crohn.
Diversos hallazgos importantes tienen que ver con el complejo mayor de histocompatibilidad (HLA). La enfermedad de Crohn se ha vinculado HLA-A2 y la Colitis Ulcerosa con el HLA-Bw35 y con HLA-B5 en una población japonesa.
La inmunología aporta:
La detección de anticuerpos anticitoplasma de los neutrófilos asociados a la colitis ulcerativa, estos podrían ser un marcador de CUI.
En la enfermedad de Crohn se ha descripto un aumento de la permeabilidad intestinal que implica absorción enteral y aumento de la eliminación urinaria de polietilenglicoles. Esta hiperpermeabilidad tendría que ver con el proceso inflamatorio.
Se consiguió aislar y cultivar el mycobacterium paratuberculosis, de tejidos de pacientes con enfermedad de Crohn. Si existe un factor infeccioso en la patogenia no es al menos único. Inclusive es posible que un componente de la flora normal se vuelva patógeno en un huésped suceptible.
Se han visto en pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria, reacciones inmunológicas humorales y celulares dirigidas contra antígenos de las enterobacterias y determinantes antigénicos de la membrana celular de las células entéricas.
En estos pacientes con EII se han encontrado cambios en la población de macrófagos, células B y células T. Alteración en la activación de interleucinas, incremento de la presencia de Leucotrieno B4, estos en conjunto con el Factor de Necrosis Tumoral estimularían la producción de una molécula fijadora de neutrófilos ELAM que produciría una cascada de mediadores y radicales libres de oxígeno que determinarían en definitiva la injuria tisular.

CUADRO CLINICO
COLITIS ULCERATIVA
El síntoma cardinal de la colitis ulcerativa (C.U.) es la diarrea hemática, si bien algunos pacientes pueden presentar constipación, aún durante los períodos de actividad inflamatoria. Esto se debería a que el mecanismo peristáltico normal se encuentra alterado.
La severidad de la diarrea se vincula con la magnitud y la extensión del proceso inflamatorio. asimismo es característica la presencia de períodos de acalmia y de recaída de duración variable.
Aparentemente, los pacientes que tienen sus primeras manifestaciones en la adultez suelen tener un compromiso más extenso y un curso más severo que aquellos que padecen la enfermedad desde etapas más tempranas.

En general, el proceso involucra el recto y el colon en forma continua en una extensión variable. Endoscopicamente se observan extensas úlceras superficiales cubiertas por exudado mucopurulento y pseudopólipos.

La patente histológica se basa en la presencia de microabscesos e infiltración de la lámina propia por neutrófilos y linfocitos sin compromiso de las capas profundas.

ENFERMEDAD DE CROHN (E. C.)
La E. C. se caracteriza por un curso indolente y se ha dicho que en promedio los pacientes demoran 3 años en consultar al médico desde el comienzo de los síntomas, y desde la consulta transcurren 9 meses más hasta establecer el diagnóstico.

Lo más característico es el dolor abdominal y la diarrea. Si bien a veces puede haber sangrado, este es menos frecuente que en la C. U.

A menudo aparece dolor en el cuadrante inferior derecho y se puede palpar una masa en esa localización los signos sistémicos como fiebre y pérdida de peso son mas frecuentes que en la C.U.
La EC compromete el intestino delgado en forma segmentaria en el 40 % de los casos (ileitis regional), el colon proximal (casi siempre respeta el recto, aunque son frecuentes las fístulas perianales en el 30 % y el ileon y el colon conjuntamente en el 30 % restante).
E l compromiso del intestino delgado puede determinar diversos cuadros malabsortivos y provocar deficiencias nutricionales que a veces dominan el cuadro clínico.

En los niños, el retardo del crecimiento y/o el retraso madurativo suelen ser las únicas o al menos las más importantes manifestaciones de la enfermedad.

El proceso inflamatorio en este caso es predominantemente por linfocitos y macrófagos y compromete a todas las capas de la pared intestinal. Las ulceraciones pueden estar presentes pero son lineales y profundas y nunca extensas y superficiales como en la C.U.

Histológicamente se destaca la formación de granulomas no caseosos (colitis granulomatosa) y el deposito de fibras colágenas, lo cual contribuye a la formación de estenosis y a la aparición de cuadros suboclusivos.

Es habitual la formación de fístulas enterocutaneas, en especial, perianales.

CARACTERISTICAS CLINICAS DIFERENCIALES ENTRE ENFERMEDAD DE CROHN Y COLITIS ULCEROSA

CARACTERISTICAS CLINICAS C. U. E. C.
Diarrea Líquida con sangre, moco y pus. Pastosa, rara vez con sangre.
Dolor abdominal Cólico con tenesmo Cólico postprandial
Masa palpable Rara Frecuente en fosa ilíaca derecha
Afectación Rectal 95% 40-50%
Curso clínico Brotes (65%), crónico continuo (30%)fulminante (5%) Lento y progresivo
Recurrencia post-quirúrgica No Frecuente 50%
MANIFESTACIONES EXTRAINTESTINALES DE LA E.I.I. Y COMPLICACIONES

Manifestaciones extraintestinales de la C. U.:

  • Reumatológicas
  • Oculares
  • Cutáneas
  • Hepáticas

La C.U. presenta un amplio espectro de manifestaciones extraintestinales entre las que merecen destacarse: artritis axial asociada con HLAB27, oligoartritis de grandes articulaciones, en nada distinguibles de artrtis reactivas seronegativas asociadas a diversas enteropatías. las uveitis son las alteraciones oculares más frecuentes. En cuanto a la piel, cabe mencionar el eritema nudoso, que puede a veces preceder a una recaída, y el pioderma gangrenoso, la complicación más grave.

En lo que se refiere al hígado, la colangitis esclerosante primaria y la C.U. se suelen asociar debido a que existirían epítopes antigénicos comunes entre el epitelio biliar y el intestinal. Inclusive, se sabe que el 2O % de las C. U. presentarían elevación de la fosfatasa alcalina lo cual sería un marcador de la presencia de pericolangitis, que es considerada una forma temprana de colangitis esclerosante primaria.

Tal vez, el uso de inmunosupresores en esas etapas tempranas podría evitar la evolución hacia la cirrosis.

Manifestaciones extraintestinales de la E.C.:

  • Deficiencias nutricionales
  • Enfermedad tromboembólica
  • Cólicos renales
  • Uronefrosis derecha

La enfermedad de Crohn, cuando compromete segmentos significativos del intestino delgado puede determinar fenómenos malabsortivos y consecuentemente signos de déficit nutricional.
La hiperoxaluria con la consecuente formación de cálculos renales estaría dada por la absorción aumentada de oxalatos, determinada por la hiperpermeabilidad del delgado a ciertas sustancias.
La uronefrosis derecha se daría por fenómenos obstructivos determinados por masas inflamatorias en la unión íleo-cecal.

Complicaciones de la E.I.I.:

  • Megacolon Tóxico
  • Fístulas
  • Cáncer

El megacolon tóxico es sin duda la complicación más temida. Se acompaña de sepsis y shock y a menudo requiere la colectomía total. Puede presentarse en el curso de la colitis ulcerosa, de la enfermedad de Crohn y/o de cualquier enfermedad inflamatoria severa.
Las fistulas son propias de la E. C. Pueden darse entre el intestino y otro segmento intestinal o conectar el mismo con la vejiga, la vagina, la próstata, la piel, etc.

Cuando se producen fístulas perianales se suele comprometer el aparato esfinteriano y determinar incontinencia.

En cuanto al cáncer de colon, se sabe que el riesgo empieza aumentar entre 10 y l5 años después de comenzada la C. U.

En la colitis de la enfermedad de Crohn también hay un aumento del riesgo de cáncer entre 5 y 6 veces. Cuando la E. C. compromete solo al intestino delgado, también aumenta el riesgo de adenorarcinoma de este órgano. Se ha planteado asimismo que cuando la E. I. I. se asocia con colangitis estenosante, aumentaría el riesgo de colangiocarcinoma. Con todo, esto sigue siendo raro.
Posiblemente las pousseés de inflamación y regeneración aumentarían la potencialidad de transformación maligna de las células epiteliales.
DIAGNOSTICO
Nos referiremos a la utilidad de:
Historia clínica
Exámenes de laboratorio
Exámenes microbiológicos
Estudios endoscópicos
Métodos de diagnóstico por imágenes

La historia clínica, en especial las características de la diarrea, la presencia de sangrado y la magnitud de las manifestaciones extraintestinales y de los signos y síntomas sistémicos suelen ser suficientes para establecer con bastante certeza la extensión y severidad de la enfermedad.

El laboratorio aportará datos inespecíficos tales como el recuento leucocitario, la eritrosedimentación, las proteínas séricas y electrolitos.

Los estudios microbiológicos deben descartar parasitosis intestinales e infecciones bacterianas especialmente por agentes tales como Escherichia coli enteropatógena, Campylobacter, Clostridium difficile, Salmonella, Shigella, etc.

La endoscopía es superior al enema baritado para el diagnóstico de C. U. Permite además, tomar muestras para diagnóstico histológico.

El estudio radiológico contrastado puede ser útil para el intestino delgado, para establecer diagnóstico y extensión de la enfermedad de Crohn a ese nivel.
La tomografía computada aporta la posibilidad de diagnosticar masas inflamatorias y/o abscesos intracavitarios.
Estudios radioisotópicos con leucocitos marcados con 113In se han propuesto para ver la extensión y actividad de la enfermedad. Sin embargo, su limitada resolución y su baja especificidad no los hacen de uso habitual para la evaluación del paciente.

MANEJO TERAPEUTICO CONSIDERACIONES GENERALES

El tratamiento médico es el de elección en la enfermedad inflamatoria intestinal.

El tratamiento quirúrgico puede ser salvador en las formas graves y especialmente en las fulminantes de C. U. (megacolon tóxico). La técnica preferida es la proctocolectomía total.

Actualmente en las formas progresivas, que no detienen su evolución con el tratamiento médico, se tratan electivamente mediante una técnica de coloproctectomía total, conservando el aparato esfinteriano y realizando en la cirugía un «pouch» o bolsa en forma de J o W con el ileon terminal, que se anastomosa al ano.

Se prefiere en estos casos dadas las múltiples suturas intestinales realizadas, proteger la anatomosis ileoanal y las suturas ileales mediante una ileostomía de descarga, transitoria y una vez consolidadas las suturas por cicaización segura, habiendo descartado la fistulización, se cierra la ileostomía de protección retransitando al paciente y restituyéndole la evacuación anal. Las evacuaciones en su evolución pueden regularse en una frecuencia final de 4 a 6 veces por día con una dieta astringente.

En el caso de la E. C., su curso indolente y las frecuentes recidivas postquirúrgicas, hacen que la opción quirúrgica juegue un papel menor.

El tratamiento farmacológico clásico (esteroides locales y sistémicos y sulfasalazina) se ha ampliado y enriquecido en los últimos años, con la aparición de nuevos agentes (basados en los avances en el conocimiento de la fisiopatología), de nuevos y mejores derivados de los compuestos tradicionales y de nuevas formas de administración.
El acido 5-Aminosalicílico (5-ASA, Mesalamina o Mesalazina) es la fracción activa de la Sulfasalzina (Salazosulfopiridina), está por lo tanto desprovisto de la fracción carrier sulfapiridina que es la responsable de la mayoría de los efectos adversos atribuidos a la sulfalazina.
MECANISMO DE ACCION
Es cada vez mayor la evidencia que los leuconienos (LT) desempeñan un papel de primera línea en la E. I. I. (Peskar, 1987; Wallace,1990).

La mucosa inflamada de pacientes con Colitis Ulcerosa o Enfermedad de Crohn forma excesivas cantidades de LTB4. La liberación de estos LTs fue inhibida por 5-ASA, volviendo a valores normales en la luz intestinal.

Se ha demostrado (Stenson,1986; Wallace, l990) que esta inhibición se realiza por ataque nucleofílico al precursor inestable LTA4.

Asimismo se ha descripto un efecto inhibidor de 5-ASA sobre la formación de radicales libres de oxígeno citolesivos. También se ha descripto inhibición del PAF (Factor de Agregación plaquetaria) y sobre la lipoperoxidación de la mucosa colónica. Se ha demostrado también que el 5-ASA inhibe la agregación de macrófagos.

DOSIS / DIA
Varía según los autores y la vía de administración:
5-ASA
Vía oral: 1,5 a 4,8 g
Vía rectal: 1,2 a 1,5 g

Sulfasalazina
Vía oral: 3g

MANEJO TERAPÉUTICO ACTUALIZADO

Se han incorporado en los últimos 10 años, los anticuerpos monoclonales en el tratamiento de la enfermedad de  Crohn

EL MANEJO DIETETICO SE BASARA EN LAS SIGUIENTES PAUTAS:

Exclusión de dieta rica en residuos cuando se sospeche suboclusión.
Exclusión de lácteos cuando exista deficiencia de lactasa (en la poussée inflamatoria)
Reposición de vitaminas de acuerdo al cuadro clínico.
Frente a episodios de gran actividad inflamatoria está indicado el reposo digestivo completo, la alimentación parenteral total, la reposición electrolítica y de proteinas.

El uso de antibióticos está reservado a las situaciones en que existen abscesos o cuadros sépticos generalizados a punto de partida de la hiperpermeabilidad intestinal para los gérmenes. Los esquemas utilizados son los habituales para las infecciones abdominales de origen colónico y por lo general incluyen aminopenicilinas más inhibidores de ß lactamasas, aminoglucósidos y un antianaerobio como por ejemplo metronidazol.

ENTEROPATIAS Y COLOPATIAS ISQUEMICAS

La existencia de patología en las arterias viscerales abdominales, determina la aparición de isquemia intestinal de caracter agudo o crónico.

ENTEROPATIA ISQUEMICA CRONICA
El sindrome de angina intestinal (Debray) o abdominal producido por la obstrucción crónica de las ramas arteriales aórticas viscerales: tronco celíaco, mesentérica superior o inferior.
Afecta a una o más de ellas. Puede en ocasiones coexistir con patología aórtica, oclusiva o aneurismática.
La etiología más frecuente es la arterioesclerosis, alrededor del 54% de las observaciones, la hiperplasia fibrosa y en tercer lugar la obstrucción de causa traumática.
Sintomatología: Se caracteriza por dolor epigástrico o medioabdominal, irradiado hacia flanco izquierdo; síndrome de mala absorción; en estadíos avanzados, estenosis intestinal (Tríada de Debray).
La pérdida de peso se presenta en pacientes con padecimiento crónico.
Hipertensión arterial se puede detectar en pacientes con hiperplasia fibrosa de la arteria renal.
En pacientes con obstrucción aortoilíaca, claudicación intermitente, dolor de reposo y sindrome del hurto abdominal: Dolor epigástrico con la marcha y dolor de miembros inferiores al ingerir alimentos. Los aneurismas de la aorta abdominal enmascaran la sintomatología digestiva, el síntoma común a todos es el angor o dolor abdominal.
La “dopplergrafía” es util como auxiliar de diagnóstico.
El examen angiográfico empleado sin dilación y con caracter prioritario, es el que da el verdadero diagnóstico.

COLOPATIA ISQUEMICA
En pacientes con arterioesclerosis que han sufrido cirugía reconstructiva aórtica abdominal por ateromatosis obstructiva, aneurisma aórtico, o aneurisma ilíaco, se puede manifestar como una hemorragia colónica en el post-operatorio.
Sintomatología
Aparición precoz de diarrea luego de una operación sobre aorta abdominal.
Pujos.
Tenesmo.
Colitis sanguinolenta.
Proctorragia, desde síndromes mínimos a severa hemorragia.
Shock anémico-séptico grave.

Prácticas complementarias de diagnóstico
Fibrocolonoscopía diagnóstica.
Radiología que revela distensión colónica en la placa sin contraste.
Estudio angiográfico selectivo.

ISQUEMIAS SEGMENTARIAS DEL INTESTINO DELGADO
Son raras entidades clínicas, en contraposición con las isquemias mesentéricas agudas y de los grandes vasos.
Son en su mayoría secuelas de episodios agudos, que evolucionaron satisfactoriamente o pasaron inadvertidos.
Los exámenes de laboratorio, la radiología directa del abdomen, el tránsito contrastado del intestino y la arteriografía selectiva, son los métodos de estudio utilizados.
No deben ser dejados de lado el riguroso examen clínico y cardiovascular y luego de la cirugía un minucioso estudio histopatológico, con especial atención a arterias y venas.
El sindrome oclusivo (vómitos, constipación, dolores de tipo cólico, distensión y borborigmos) se presenta en la mayoría de los enfermos.
Pueden existir antecedentes de enfermedades cardiovasculares, traumatismos de abdomen, intervenciones quirúrgicas por hernias, estranguladas o no, irradiación, uso de drogas que podrían relacionarse a una reducción de la perfusión tisular o enfermedades degenerativas.
El diagnóstico diferencial con la enfermedad de Crohn, es de rigor, pues pueden existir clinicamente dolor, diarreas, estenosis y fístulas radiológicas.
Los estudios radiológicos contrastados objetivan estenosis cortas de bordes netos, hay transición de intestino delgado sano por arriba y por debajo de la lesión.
La arteriografía selectiva puede resultar de interés, para revelar la presencia de otras lesiones a nivel del ostium de las mesentéricas o afecciones difusas del árbol arterial.
El laboratorio, revela casi siempre anemia, leucocitosis con neutrofilia, eritrosedimentación acelerada e hipoproteinemia.
La mala absorción esta presente, en los casos de lesiones por radioterapia o cuando existe una contaminación bacteriana por asa ciega.
El tratamiento es siempre quirúrgico, pero los pacientes sin signos de peritonitis u obstrucción intestinal solapada pueden manejarse en forma expectante. Las resecciones deben ser amplias, aunque el cirujano siempre se encuentra con limitados segmentos estenosados en forma anular.
Hay que destacar que es muy dificil precisar el grado de isquemia existente por cualquiera de los metodcs conocidos en la actualidad. Las fístulas postoperatorias y las recidivas de la lesión resecada, avalan este concepto.
El pronóstico es bueno sobre todo cuando han desaparecido por completo las causas que ocasionaron la estrechez (traumatismo, drogas, hernias, etc.).

ISQUEMIA INTESTINAL AGUDA

La isquemia intestinal aguda constituye una entidad de mal pronóstico, gravada por alta mortalidad, de presentación infrecuente, con un máximo de presentación en pacientes añosos (6ª, 7ª y 8ª década de la vida), con un leve predominio en varones (relación 1,5 a 1 con respecto a las mujeres), cuyo cuadro clínico se presenta con síntomas como:
– Dolor abdominal
– Distensión
– Náuseas o vómitos
– Diarrea
– El dolor puede comenzar con características de angor abdominal.
– Puede detectarse sangre en el vómito.
– Más frecuentemente la sangre se detecta en materias fecales.
– La hipertermia puede presentarse , pero no se descarta la existencia de hipotermia asociada al cuadro hipotensivo relativo al dolor y al shock, siendo esta infrecuente.

La radiología directa muestra asas de intestino delgado dilatadas (imagen de ileo). En algunos casos se observa gas en la pared intestinal.
La arteriografía selectiva de la mesentérica superior, en los raros casos en los que se hace durante la urgencia, revela obstrucción importante a nivel del ostium.
La punción abdominal obtuvo líquido hemático en aproximadamente el 82% de los casos, la mayoría de las veces maloliente.
La lucocitosis se ve en el 75% de los casos.
Se determinó urea por encima de los valores normales en alrededor del 50 % de los pacientes.
En los pacientes en los que se determinó fosfatasa alcalina en exudado peritoneal, se obtuvieron valores elevados.
Las amilasas estudiadas en sangre y en exudado peritoneal dieron valores leve y moderádamente elevados.
Los pacientes que presentan Isquemia Intestinal Aguda, tienen como patología predisponente y en muchos casos determinantes, las siguientes afecciones: diabetes, hipertensión, cardiopatías crónicas e infarto de miocardio.
Entre las causas desencadenantes para los portadores de trombosis arterial estarían el infarto de miocardio y las arritmias agudas, mientras que en las isquemias sin obstrucción las causas desencadenantes pueden ser entre otras, procesos inflamatorios preitoneales como el producido por la úlcera gastroduodenal perforada o los cambios hemodinámicos producidos por una arritmia aguda.
Resulta dificil discernir en que casos la deshidratación que se observa en la mayoría de los pacientes, es primaria y causa de la isquemia intestinal aguda, o secundaria y consecuencia de la misma por diarrea, vómitos, tercer espacio y falta de ingesta adecuada.
Las condiciones conque más frecuentemente se confunde a la Isquemia Intestinal Aguda, son: obstrucción intestinal, pancreatitis aguda y sigmoiditis diverticular.
Los diagnósticos de patología vascular que se hallan durante el acto operatorio en estos pacientes son con más frecuencia: trombosis arterial en el 63% de los casos, isquemia sin obstrucción vascular en el 14%, embolia arterial en 9% y trombosis venosa en alrededor del 5%.
Las piezas de resección y necropsia de estos enfermos, demuestran histológicamente, infarto hemorrágico de la pared intestinal.
Los portadores de trombosis arterial demostraron en casi el 100% de los casos, arterioesclerosis grave de la arteria mesentérica superior, aunque también se describe trombosis arterial en pacientes con lesión quirúrgica de dicha arteria o por traumatismo accidental.
En las isquemias sin obstrucciones vasculares las lesiones se manifiestan “en parches” y casi siempre afectan también al colon.
El tratamiento quirúrgico consiste en la mayoría de los casos en resección intestinal, pudiendo encararse en algunos casos (no más de un 10%), cirugía vascular directa como embolectomías de la arteria mesentérica superior, puentes aórticos mesentéricos, pero aproximadamente en otro 10% de los pacientes de las series examinadas solo se realiza laparotomía exploradora, sin poder intentar dar solución al problema.
Son frecuentes como complicaciones post operatorias inmediatas en estos pacientes, las fístulas, dehiscencias de las suturas, peritonitis, insuficiencia renal aguda y como causas eficientes de muerte, la insuficiencia cardíaca, respiratoria o renal aguda, accidentes cerebrovasculares y sepsis.

PROLAPSO RECTAL y RESUMEN DE CARCINOMA DE ANO

El prolapso rectal completo (Procidencia) es la protrusión de todo el espesor del recto a través del ano. Este debe ser distinguido del prolapso parcial, el cual es solo la protrusión de la mucosa.
La incidencia de la procidencia es seis veces más frecuente en la mujer que en el hombre.
El prolapso rectal ocurre en los recién nacidos, infantes de pocos meses hasta el primer año, es poco común en la niñez y edad adulta temprana y aparece con creciente frecuencia después de los 40 años de edad. La mayoría de los pacientes corresponden a un grupo de edad avanzada.
El prolapso usualmente es un fenómeno transitorio en los infantes. La ausencia de un ángulo en la unión ano-rectal, de tal manera que el recto y el ano forman un tubo derecho, es probablemente la causa. El problema se corrige espontáneamente con el crecimiento y el desarrollo.
En los adultos el prolapso tiende a persistir y a empeorar.
La cirugía y otras injurias traumáticas son causales en unos pocos pacientes.
La laxitud de la musculatura pélvica por enfermedad neurológica o por la edad avanzada, también lleva a la procidencia en algunos pacientes.
Anomalías anatómicas y fisiológicas del recto en si, pueden ser más importantes en la mayoría de los casos.
El estreñimiento excesivo se cree que contribuye en la mitad de los pacientes.
DIAGNOSTICO
El prolapso es notado a veces por el pasaje de sangre o mucus durante la defecación.
Existen dos clases de síntomas, los relativos al prolapso en si mismo y los debidos a una pérdida progresiva de la continencia.
Durante la defecación una masa protruye y se reduce en forma espontanea inicialmente, pero eventualmente el recto prolapsa con la bipedestación y es dificil de reducir.
La pérdida de mucus y la hemorragia por la irritación de la mucosa expuesta son comunes.
La incontinencia puede ser parcial o completa, los pacientes con gran prolapso no experimentan el normal llamado defecatorio y esforzándose vigorosamente pueden eliminar pequeñas “bolitas” fecales varias veces al día, estas bolitas pueden también caer del recto durante la deambulación.
Los laxantes producen heces líquidas que son incontrolables.
Es importante realizar exámenes con los pacientes en “cuclillas”.
El prolapso mucoso (hemorroidal) es una pequeña proyección simétrica de 2 a 4 cm de longitud, con pliegues radiales y que a la palpación entre los dedos revela solo dos capas de mucosa.

 
Diagnóstico diferencial entre: A.- Prolapso rectal verdadero,
con pliegues circunferenciales y B.- Prolapso de la mucosa,
con pliegues radiales.

Los esfínteres son normales en los niños y usualmente laxos en los adultos con prolapso mucoso.
La procidencia de larga duración casi siempre está asociada con esfínteres laxos y un orificio anal entreabierto cuando los gluteos son entreabiertos para la inspección.
La integridad de los esfínteres y la habilidad de los pacientes para contraerlos deben ser evaluadas.
La procidencia protruye hasta 12 cm del ano, los pliegues mucosos son concéntricos y la luz del recto se ubica posteriormente debido a la presencia de intestino delgado y epiplon mayor en el fondo de saco de Douglas, sobre la pared anterior.
La palpación confirma una gran masa de tejido y el grosor de la pared rectal dispuesta en dos planos superpuestos, en toda la circunferencia.

TRATAMIENTO
El prolapso en los niños es tratado con medidas conservadoras, corrección de la constipación, la indicación de no hacer esfuerzos por períodos prolongados, defecación semiacostado (recostado), disponiendo el tronco en un plano inclinado y cerrando las nalgas entre los movimientos intestinales.
La corrección operatoria es necesaria solo en los niños con retardo mental, enfermedad neurológica o procidencia incarcerada.
El prolapso mucoso en adultos es tratado con ungüentos astringentes locales, corticoides tópicos, presión digital y si no responden a estas medidas, puede plantearse la hemorroidectomía y resección de la mucosa redundante.
El prolapso rectal, en cambio, requiere corrección quirúrgica tan pronto el diagnóstico es hecho; el prolapso persistente, además, debilita los esfínteres y hace que la restauración de la función normal sea dificil o imposible.
Los pacientes añosos o inestables son tratados circundando los esfínteres con sutura de alambre o una tira de malla de polipropileno. Procedimiento de Tiersch.
Esta simple operación requiere dos pequeñas incisiones en el perineo. Corrientemente esta técnica es usada en pacientes de alto riesgo.
Varias técnicas de reconstucción perineal son recomendables, pero ellas han sido suplantadas por el más satisfactorio acceso abdominal.
A través de una incisión abdominal inferior, el recto es movilizado y fijado al sacro con suturas o con un cabestrillo de malla de Teflón o Marlex o una esponja de Polivinilo (Ivalón), esta operación conocida como el procedimiento de Ripstein es exitosa en el 90 a 98% de los casos y es bien tolerada, incluso en pacientes de alto riesgo.


Proctopexia abdominal. El recto
movilizado por completo se fija
a la fascia presacra con puntos
de lino o seda.

Operación de cabestrillo rectal. Se coloca
una banda de 5 cm de Teflón o malla de
Marlex alrededor del recto completamente
movilizado y se sutura a la fascia presacra.

La resección del colon sigmoides se realiza si el colon es redundante y el paciente está en muy buenas condiciones quirúrgicas.
La incontinencia persistente a pesar de la reducción permanente del prolapso obscurece los resultados en los pacientes ancianos. Los procedimientos operatorios para fortalecer el tono de los esfínteres debilitados, son raramente exitosos.
Una cuidadosa anamnesis para valorar el grado de incontinencia y estudios electromiográficos, así como de presión intrarrectal y defecografía son necesarios antes de decidirse a una reparación quirúrgica de la incontinencia.
Una de las técnicas de mayor uso a tal fin es la de Sir Alan Parks, también llamada de la superposición de los cabos esfinterianos.

TUMORES MALIGNOS DEL ANO
CARCINOMA EPIDERMOIDE
El carcinoma epidermoide del ano constituye aproximadamente el 2% de los cánceres del intestino grueso.
Aunque varios tipos histológicos fueron descriptos:
Carcinoma de células escamosas
Carcinoma de células basales
Carcinoma de células basaloides-escamosas
Carcinoma cloacogénico
El patrón histológico carece de importancia para el médico clínico.
El manejo depende de la localización del tumor, de la profundidad de la invasión y de la presencia o ausencia de metástasis.
Estos tumores se extienden directamente dentro de los esfínteres, al tejido perianal, a la vagina y a la próstata.
El carcinoma epidermoide metastatiza hacia arriba a través de los linfáticos del recto, así como hacia abajo, a los ganglios linfáticos de la ingle.
La diseminación hematógena ocurre por vía de la vena porta, por las venas sistémicas o por ambas vías a la vez, dependiendo de la localización de la lesión.
Las causas predisponentes pueden ser: la inflamación crónica (fisura, fístula, enfermedad venérea) y la irradiación.
El carcinoma epidermoide es más común en la mujer, siendo su promedio de edad de comienzo, la sexta década de la vida.
SINTOMAS
Hemorragia, dolor y masa, son los síntomas usuales, el prurito, drenaje y los cambios en el hábito intestinal, también ocurren.
El tamaño y la exacta localización del tumor, la profundidad de la invasión y la presencia de metástasis deben ser determinadas.
Cerca de un tercio de los cánceres epidermoides son erroneamente diagnosticados como lesiones benignas, hasta que la biopsia demuestra lo contrario.
TRATAMIENTO
Las pequeñas lesiones en la piel perianal y en la unión ano-cutánea, bien por debajo de la línea pectínea, son tratadas por resección local o irradiación, si no infiltran los esfínteres o el septum rectováginal.
La terapia tradicional es la resección abdómino-perineal para los tumores grandes e invasivos y para aquellos que comprometen la línea pectínea, recientemente sin embargo, excelentes resultados han sido reportados con el uso de terapia radiante, con o sin el uso de quimioterapia (usualmente mitomicina C), seguida por una apropiada cirugía, en muchos casos la resección abdómino-perineal no fue requerida, por la muy buena respuesta del tumor.
Las metástasis inguinales son tratadas por terapia radiante o por la disección de los ganglios linfáticos.
Un promedio de sobrevida de más del 60 % a cinco años es esperado para los pacientes tratados por terapia tradicional, un mayor seguimiento y más pacientes son requeridos para evaluar los nuevos protocolos que parecen ser muy efectivos en el corto tiempo.
OTROS TUMORES
MELANOMA
El melanoma es una rara lesión, pigmentada o amelanótica, que puede parecer una hemorroides trombosada o un pólipo mucoso.
Este tumor causa síntomas triviales, metastatiza tempranamente y es altamente letal, el tratamiento es quirúrgico y agresivo, con reseción abdómino-perineal o una posterior exanteración pelviana.

ADENOCARCINOMA MUCINOSO
Se origina en las glándulas anales y causa fístulas ano-rectales recurrentes, la resección abdómino-perineal es necesaria para este tipo de tumor.

ENFERMEDAD DE BOWEN ANO GENITAL
Es un carcinoma de células escamosas, crónico, “in situ”.
El prurito anal es el síntoma usual.
Una lesión macular, fisurada, o una lesión roja, aterciopelada, ulcerada, debe ser biopsiada para establecer el diagnóstico. La escisión amplia con injerto de piel si es necesario, es aconsejada, porque la enfermedad de Bowen puede progresar a un cáncer invasivo.

ENFERMEDAD DE PAGET EXTRAMAMARIO
Es un adenocarcinoma intraepitelial mucinoso , que probablemente se origine en las glándulas subepidérmicas apócrinas y compromete la epidermis secundariamente.
Macroscópicamente recuerda a muchas otras lesiones dermatológicas y el diagnóstico es hecho por la biopsia. La escisión amplia es el tratamiento de elección, este tumor puede recurrir localmente y aún dar metástasis.

BIBLIOGRAFÍA

Gastrointestinal Disease Third Edition
Sleisenger M.H. y Fordtram J.S.

Dibujos de Principios de Cirugía 5ª Edición
Shwartz, Shires, Spencer