Los años de Alfonsín : ¿el poder de la democracia o la democracia del poder? / coordinado por Alfredo Raúl Pucciarelli. – Buenos Aires : Siglo XXI, 2006.
Solicitar por: V 32 B1573
(De la contratapa)
Los significativos cambios políticos registrados durante el gobierno de Nestor Kirchner no han sido suficientes para revertir el largo ciclo involutivo que vienen sufriendo la ideología, las prácticas y la propia institucionalidad democrática de Ia Argentina. En lugar de instrumento de participación ciudadana y de recuperación de los derechos expropiados a los sectores populares, la democracia representativa se ha convertido en una extensa red de complicidades corporativas destinada a legitimar, conservar y amplificar las estructuras de poder gestadas durante la dictadura y en los años posteriores. Ese largo proceso de descomposición política, degradación institucional y demolición sistemática del aparato estatal ha recorrido una serie de etapas que no han sido reconstruidas adecuadamente todavía.
En LOS AÑOS DE ALFONSÍN se analizan los procesos y acontecimientos ocurridos durante la presidencia de este, tratando de relacionar sus características originales -con los postulados de su propuesta emancipadora y refundacional-, con su traducción en determinado tipo de políticos estatales y con el intento frustrado de reconstruir un estilo plebiscitario destinados a compensar con movilizaciones populares el menguado poder político acumulado por vía electoral. Para ponerse en marcha, ese débil poder gubernamental debió asumir prioritariamente un desafío monumental para su época: recuperar para el Estado, y por consiguiente para el gobierno constitucional, el monopolio del ejercicio de la violencia legítima usurpado por la corporación militar e intentar resolver casi simultáneamente los problemas de la reconstrucción de la economía, Ia restitución de los derechos y acreencias populares conculcados por la dictadura, y Ia construcción de un nuevo tipo de democracia no tutelada.
Confrontados con la magnitud de la empresa y las expectativas generadas en la sociedad, los resultados obtenidos fueron dispares e insatisfactorios. Pusieron al descubierto una debilidad esencial que no pudo ser compensada ni por el sorpresivo carácter plebiscitario de la elección presidencial ni por el intento gubernamental de aglutinar grupos fragmentarios del arco político alrededor de una figura dominante como la que perfilaba poseer el nuevo presidente constitucional. Por esa causa, tanto el inconmovible poder económico como el tambaleante pero persistente poder militar pudieron reinstalar, a la postre, en el seno del Estado, sus propios criterios de reproducción corporativa; unos para transformar a la anterior «patria contratista» en una primera versión de lo que fue la «patria financiera», y otros para resistir el persistente embate de la sociedad civil, prolongando por tiempo indefinido su pretendido derecho a la impunidad.