Introducción

Existe consenso generalizado acerca de un déficit en el conocimiento sobre la Enfermedad de Chagas en profesionales de Ciencias de la Salud, especialmente médicos y bioquímicos, tanto en Argentina como en otros países de la Región, impactando este déficit en importantes problemas asistenciales y sanitarios.

La gravedad de esta carencia se fundamenta  en la existencia de   90 millones de individuos en riesgo de infección en Latinoamérica, además de  un subregistro de casos agudos y una reemergencia de las condiciones que incrementan el riesgo de infección, tanto en zonas rurales como urbanas.  En este sentido, las migraciones hacia las ciudades han provocado que, en la actualidad, el mayor número de individuos infectados se encuentren en los grandes conglomerados urbanos (urbanización y globalización de la endemia)

Desde el punto de vista asistencial, uno de los problemas  más frecuentes es la falta de diagnóstico adecuado en la infección aguda y congénita, cuando aún existe la posibilidad de un tratamiento eficaz.  Es necesario tener en cuenta que más del 80 % de los casos de infección aguda ocurre en niños y que la terapéutica temprana evita el paso a la cronicidad y el consecuente riesgo de patologías que pueden llevar a la incapacidad y aún a la muerte en la edad adulta. 

Por otra parte, en individuos inmunocomprometidos, cuya frecuencia aumenta constantemente,  la reactivación de la enfermedad de Chagas tiene consecuencias graves y a menudo fatales si no se la diagnostica a tiempo y es tratada adecuadamente.

Es indudable el impacto que la medicina preventiva tiene en la salud de la población, tanto desde el punto de vista sanitario como económico-social. En el caso específico de la Enfermedad de Chagas, se ha demostrado que es una de las patologías donde  la relación entre el beneficio de la prevención frente a los costos de los tratamientos de la enfermedad crónica  (medicamentos para trastornos cardíacos, marcapasos, transplantes, etc.) es mayor. Por otra parte, la Enfermedad de Chagas es causa de discriminación, problemas laborales, incapacidad parcial o total, etc. Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) demuestra que, en países endémicos es la cuarta enfermedad en años de vida perdidos (luego de las enfermedades respiratorias, diarreas y HIV).

Quizás una de las principales causas del desconocimiento y escaso interés de los profesionales de la Salud en la Enfermedad de Chagas  radica en el déficit en la enseñanza de esta patología durante las carreras de grado en todos los países afectados por la endemia. En efecto, es fácil comprobar que en la mayoría de las universidades el tiempo y la intensidad dedicados a la enseñanza teórico práctica, y la consiguiente adquisición de conocimientos y destrezas para el manejo de Chagas y otras enfermedades  endémicas en la región es marcadamente insuficiente. Posteriormente, en el posgrado (Residencias, Especialidades, Maestrías, Doctorados) sólo una parte ínfima de los estudiantes adquiere estos conocimientos y destrezas, más como consecuencia de su propio interés que por eficiencia del sistema.

En definitiva, el desconocimiento de los Profesionales de la Salud acerca de la Enfermedad de Chagas es un factor de riesgo, porque malogra la  prevención, dificulta el diagnóstico y frustra la posibilidad de adecuada terapéutica.

En virtud de las consideraciones anteriores, y en el convencimiento que la formación universitaria es una de las herramientas fundamentales para que los profesionales de la salud accedan a los conocimientos básicos para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la Enfermedad de Chagas, un grupo de docentes de la Universidad Nacional de Córdoba, con el aval institucional de la Universidad y el apoyo de OPS/OMS, decidimos organizar una Reunión para analizar la forma de lograr el Fortalecimiento de la Enseñanza de la Enfermedad de Chagas en las universidades del país, en una primera etapa y de la región en una etapa posterior.